Relato erótico: “La fábrica 17” (POR MARTINA LEMMI)

En eso,  mi rostro quedó súbitamente liberado y el aire volvió a entrar en mis pulmones: súbitamente cobré conciencia del largo rato que llevaba sin hacerlo.  Lo curioso del caso fue que, más allá del evidente alivio por volver a respirar, también en parte lo lamenté: sé que suena raro, pero, de pronto, había pasado a extrañar esa sensación de ahogo, de asfixia… Levanté la mirada y vi al joven, quien se había puesto en pie, aunque seguía mirándome desde lo alto; yo lo veía enorme, inmenso, musculoso, casi un dios griego, pero repito: era muy posible que, por mi […]

Relato erótico: “La fábrica 16” (POR MARTINA LEMMI)

La sorpresa casi me hizo caer de espaldas; ni siquiera había pensado en él ni se me había ocurrido que pudiese estar en la fábrica cumpliendo con su horario de trabajo.  En un impulso mecánico me pasé la mano por la boca y escupí al darme cuenta de que había tenido su verga dentro de ella.  Las chicas, en tanto, no hacían más que aplaudir y corear una y otra vez el nombre de Milo.  Una vez más, busqué con la vista a Flori pero seguía sin estar allí; no había regresado o bien se había marchado… Evelyn tomó a […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (15)” (POR MARTINA LEMMI)

  Tatiana miró a Luis y su rostro pareció encenderse; se la veía alegre ante la ocurrencia de su novio. “¡Cruz!” – se apuró a decir, acompañando su exclamación con un saltito que era propio de una chiquilina entusiasmada. Luis me miró. “Va con cara entonces, Soledad” Flexioné ligeramente una rodilla y, sin querer hacerlo, apoyé una pierna sobre la otra.  La situación era altamente erotizante y el corazón me saltaba dentro del pecho.  Sin embargo, fue en ese momento cuando pensé que, definitivamente, no quería exponerme al juicio del azar. “N… no, Luis… S… señor Luis, perdón” Me miró […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (14)” (POR MARTINA LEMMI)

Al otro día del incidente en la planta, Evelyn me llamó a su oficina.  Estaba al tanto de lo ocurrido, lo cual me resultaba extraño considerando que prácticamente no se hablaba con Luis desde aquel día en que él decidiera despedirla por no haberse dejado nalguear en su oficina.  El sereno no parecía de demasiadas palabras pero tal vez algo habría contado en la planta y, aun de no ser así, estaba también la posibilidad de que el propio Luis lo hubiera comentado a alguien más: a Hugo, por ejemplo. “Me… enteré de lo ocurrido ayer – me dijo Evelyn […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (13)” (POR MARTINA LEMMI)

Allí estaba yo, en la oficina de Luis pero sin la presencia de éste, y prácticamente acorralada por una mujer con la que cualquier hombre soñaría. Me puse nerviosa y titubeé; me sentí muy estúpida, puedo asegurarlo: “Eeh… hmm… es que: esto… hmm… yo… en realidad nunca…” Cada palabra que me costaba pronunciar era un paso más que ella daba hacia mí luego de bajarse del escritorio con absoluta decisión y avanzar en mi dirección. Caminé instintivamente hacia atrás pero ello sólo sirvió para aumentar la sensación de acorralamiento pues pronto me encontré con mis espaldas apoyadas contra la puerta […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (12)” (POR MARTINA LEMMI)

Al otro día, Evelyn me convocó a su oficina.  ¿Se habría enterado de mis tratativas secretas con Luis?  No, yo no podía ser tan paranoica: ¿acaso requerir mi presencia no era lo que hacía todos los días?  Cuando entré en la oficina, fue como si me encontrara con la indecencia en su máxima expresión; parecía que nada había cambiado desde que me retirara de allí la tarde anterior.  En realidad, lo único diferente era que Luciano se hallaba a cuatro patas sobre el escritorio de Evelyn; el resto de la escena era básicamente lo mismo: ella lo estaba penetrando por […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (11)” (POR MARTINA LEMMI)

Quedé helada y muda; un gritito de horror se ahogó en mi garganta sin llegar a salir. “Jaja – rió Evelyn -.  Vamos, Ro, no te hagas la tonta.  Bien sabés lo que es eso…” Rocío giraba en su mano el objeto de forma de falo como buscando apreciarlo desde todos los ángulos; lo miraba con expresión intrigada y rostro ceñudo. “Te juro que no sé lo que es” – dijo sacudiendo su rubia cabellera. “Jaja, qué boluda que sos… Digamos que es un juguetito con el cual entretengo a Luchi” “¿Luchi?  ¿El hijo de Di Leo?” – preguntó Rocío […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (10)” (POR MARTINA LEMMI)

Por esos días tuve muy mal atendido a Daniel.  No era que lo hubiera dejado de querer; en absoluto.  Pero había una cuestión muy simple: yo estaba viviendo montones de experiencias nuevas que, como he dicho antes, tenían un costado degradante y otro excitante; necesariamente, de un modo u otro mis sentidos y mi atención estaban absorbidos por todas esas experiencias nuevas, ya fuera por voluntad propia o no.  Daniel, pobre, quedaba entonces en segundo lugar o bastante más atrás: mis pensamientos no estaban dedicados a él y mucho menos mis fantasías, razón por la cual se hacía harto difícil […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (9)” (POR MARTINA LEMMI)

Quedé como tonta con el impacto.  Y al mirar fugazmente de soslayo hacia Floriana comprobé que su expresión de sorpresa no era menor.  Evelyn nos miró, sonriente y, según lo entendí, exultante, notándose claramente que de las dos a quien más miraba era a mí; la sonrisa dibujada en su rostro sólo trasuntaba triunfo.  Más diplomática que yo, fue Floriana la primera en saludarla: “¡Evelyn!  ¿Otra vez por acá? ¡Una alegría tenerte…!” Si hubo falsedad en el saludo, Flori no lo evidenció; yo, en cambio, estaba mucho más turbada y no era para menos: tartamudeé, el labio inferior me tembló. […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (8)” (POR MARTINA LEMMI)

Cuando más o menos me calmé y volví a poner mi cabeza medianamente en orden, me inquietó la posibilidad de estar sola en la fábrica con el sereno.  Ninguna de las chicas se había quedado haciendo horas extra; es más: Floriana me envió, de hecho, un mensaje de texto preguntándome si estaba bien pues, claro, no me había vuelto a ver por la fábrica después de mi salida.  Le respondí que sí, ¿qué podía decirle?  Intentó en un segundo mensaje ahondar acerca de mi salida con Inchausti y qué había ocurrido en la misma, pero ya no contesté: no sabría […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (7)” (POR MARTINA LEMMI)

Mi más que obvia presunción quedó pronto confirmada.  Sentí el contacto de su húmedo miembro contra mi sexo y cómo el desgraciado lo hacía jugar un poco sobre mi entrada pero aún sin introducirlo.  A pesar de que me resistía a hacerlo, tal situación me hizo excitar y soltar una bocanada de aliento.  Él se dio cuenta y rio: había logrado su objetivo.  A continuación, me entró sin más trámite y esta vez lo que me arrancó fue un profundo grito que no logré contener.  Teniéndome entonces a cuatro patas, Inchausti inició su bombeo sin piedad alguna y sin darme […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (6)” (POR MARTINA LEMMI)

Habíamos apenas terminado de arreglarnos la ropa cuando se abrió la puerta y entró Hugo; se me detuvo el corazón ya que, de haber entrado sólo un par de minutos antes, muy distinta sería la escena que hubiera visto.  Luciano, sin embargo, se comportó con absoluta normalidad. “¿En qué andan ustedes dos acá?” – preguntó Hugo pero como desentendido del asunto y en tono de broma.  Yo me trabé y se me hizo un nudo en la garganta, pero por suerte Luciano habló, directamente optando por ignorar la pregunta de su padre. “¿Y?  – preguntó -.  ¿Cómo está eso?” “Está […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (5)” (POR MARTINA LEMMI)

Al salir de la oficina de Luis pasé frente a la de Hugo.  Con la conmoción reciente, había olvidado totalmente que Luciano me había dicho que pasara.  Quizás, pensé, ya se habría marchado y, de no ser así, bien podía hacerme la distraída e irme simplemente: ya no faltaba mucho para la chicharra de salida.  Pasé frente a la puerta sigilosamente o, al menos, lo más sigilosamente que mis tacos me permitían; no resultó… “¡Sole! – exclamó en el momento mismo de asomarse por la puerta entreabierta; me llamó así: Sole, como si fuera su amiga de toda la vida […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (4):”(POR MARTINA LEMMI)

Al otro día cayó por la fábrica Luciano, el hijo de Hugo.  Para mi desgracia, no vino esta vez con compañía familiar, lo cual le dejaba un mayor margen de maniobra.  Y, de hecho, del modo más obvio posible, prácticamente se abalanzó sobre mi escritorio apenas llegó.  Yo lo saludé cortésmente como también lo hicieron el resto de las chicas pero la realidad era que él tenía los ojos clavados como dagas sólo en mí.  Lo suyo parecía ser una obsesión perversa; ésa era exactamente la sensación que me había dado dos días antes al conocerlo, sólo que en aquel […]

Relato erótico: “LA FÁBRICA (3): Final” (POR MARTINA LEMMI)

Ni siquiera quisieron cobrarle a Luis por el trabajito con mi falda; lo tomaron como simplemente un favor e insistieron en que yo era una clienta “histórica”  (si bien la realidad era que hacía mucho que no pisaba allí debido, como ya he explicado, a mi apremiante situación económica); aun así, Luis dejó una propina para la joven que se había encargado del trabajo y, aunque no tuve oportunidad de verla, supongo que la misma debió haber sido igual de generosa que la que le había dado a la empleada que me… masturbó (me cuesta y hasta me avergüenza decirlo […]

Relato erótico: “La fábrica (2)” (POR MARTINA LEMMI)

Las semanas que mediaron entre mi entrevista y mi primer día de trabajo fueron una auténtica pesadilla.  No lograba convivir con lo que había ocurrido y, menos aún, con el hecho de que tendría que volver allí y presentarme a trabajar diariamente.  Yo estaba rara y Daniel lo notaba; busqué disimular todo cuanto pude pero era inevitable que, cada tanto, él me preguntara qué me pasaba. “Nada… nada…- respondía yo esbozando la mejor sonrisa que podía -.  S… supongo que son l… los nervios por el nuevo empleo…” Ésa u otras semejantes eran mis típicas respuestas ante los planteos por […]

Relato erótico: “La fábrica (1)” (POR MARTINA LEMMI)

Cuando Daniel estacionó el auto junto a la acera fue inevitable que tanto él como yo claváramos y dejáramos detenida la vista durante algún instante en la fachada del edificio.  No había, por cierto, nada que delatase que allí funcionaba una fábrica: ningún cartel ni ícono de identificación; ni siquiera ventanales que dieran hacia el exterior, los que había, en realidad, se hallaban elevados a unos dos metros y medio por encima de la acera y seguramente tenían más como objetivo dejar entrar la luz que otra cosa. Luego ambos nos miramos y suspiramos.  No era que el lugar luciese […]

Relato erótico: “Máquinas del Placer (14): Final” (POR MARTINA LEMMI)

Jack quedó petrificado mirando a su “esposa”; ella, en concomitancia con el carácter que él acababa de descubrirle, se mantenía imperturbable y, ahora, sin expresar emoción alguna: distaba años luz de la Laureen de un rato antes.  El cinto, por su parte, pendía laxo desde su mano hacia el piso.  Jack no cabía en sí de la furia; estaba rojo y temblaba: su corazón latía cada vez con más fuerza, pero no le importaba demasiado… Girando la cabeza, miró con odio hacia la ventana o, más bien, hacia la casa vecina, aun cuando desde el cuarto matrimonial no tuviera vista […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 13” (POR MARTINA LEMMI)

Esa noche marcó un antes y un después en la vida sexual de la pareja.  Laureen estaba, definitivamente, cambiada… y él también.  Las experiencias vividas más las morbosas escenas de sexo entre Luke Nolan y la émula de Laureen se conjugaron de tal modo que reactivaron la sexualidad del matrimonio; y la decisión de haber apartado a los Erobots de en medio contribuyó  a ello.  Mantuvieron, casi como un ritual, la costumbre de espiar desde la buhardilla al vecino y su androide mientras  Laureen masturbaba a Jack, pero a la vez fue también resurgiendo entre ellos el sexo compartido.  La […]

Relato erótico: “Maquinas de placer 12” (POR MARTINA LEMMI)

Suspendida en antigravedad, la cuadrilla de cópteros, ahora reducida en uno, seguía formando un semicírculo en torno al Merobot, que se hallaba de pie y exultante sobre la torre de la terraza del edificio Vanderbilt, desprovisto el mismo ahora de mástil y estandarte.  No hacía falta escudriñar por detrás de los cristales de los habitáculos para darse cuenta de cuán anonadados y perplejos se hallaban los pilotos tras lo ocurrido; estaba descontado, y el androide también lo sabía, que de un momento a otro recrudecería el ataque, máxime considerando que era uno de sus compañeros quien acababa de perder la […]