Regrese a mi habitación y encontré a Mili quitándose la ropa, se inclino completamente de espaldas a mi, todo su enorme trasero lucia aun meloso por mi semen. Sus carnosas nalgas me daban un magnifico paisaje, tuve ganas de clavármela de nuevo, parecía una invitación… pero note que quería recoger la sabana que estaba en el piso. Se cubrió con la sabana y se asusto al verme en la puerta, observándola… quizás quiso reprocharme algo, pero solo llego a decir…

Creo que necesito una ducha… dijo con timidez.

Era obvio, no iba a ir a la facultad con el perfume de mi esperma sobre su redondo trasero y sus bien formados muslos.

Claro… dije y le di paso para que fuera a la ducha.

Intente alejar cualquier recuerdo de lo sucedido, porque me daban ganas de entrar a la ducha, aunque dudo que Mili, ahora menos excitada, me dejara poner en practica esa idea. Poco después ella ingreso a mi habitación cubierta por mi bata…

No había otra cosa que ponerme, espero que no te importe… me dijo avergonzada.

No te preocupes, te queda mejor a ti que a mi… repuse.

Una tibia sonrisa suya me animo a pensar que las cosas podían volver a su cauce normal. Un incomodo silencio nuevamente reino entre nosotros. Entendí que quería un poco de espacio para cambiarse. La había visto desnuda y en una pose por demás sugerente, pero sin alcohol en la sangre y sin la picazón en sus partes intimas que antes tenia, seguramente se sentiría mas pudorosa. Así que salí so pretexto de prepararle el desayuno.

Después de desayunar llegamos a la universidad y presentamos nuestro informe, no sabíamos que teníamos que sustentarlo, así que no preparamos nada porque nos la pasamos envueltos en la iniciación anal de Mili. Expusimos el trabajo como pudimos, imagínense que tan mal nos fue; después de beber mucho vino y poseer el trasero de Mili, yo no podía concentrarme mucho y ella estaba igual de distraída que yo. El profesor nos puso una mala nota…

Al terminar la clase se desato la pelea; me echo la culpa de nuestro traspié académico, aunque nos iba bien en los otros informes, me hizo responsable si es que reprobaba… yo sabia que su enojo no era tanto por el curso sino por la perforación que le hice a su enorme trasero… Intente calmarla, pero no logre mucho… terminamos peleados, por suerte esa semana no había informe que presentar, aun así nos veríamos en clase. No tenia ganas de ofrecerle paz y ella tampoco parecía querer dármela…

Evito verme o saludarme, al igual que yo evite ver o hablar con Javier. Algo de remordimiento tuve, me era incomodo saludarlo después de que me deleite con las nalgas de su enamorada…

¿Como estas?… escuche que me decían, al voltear note que era Javier.

Ahí…mas o menos… repuse sin animo.

Mili me contó todo… replico serio.

¡Mierd…!, lo sabia, Milagros se lo confeso… bueno hace tiempo que no me agarro a golpes con nadie, parece que hoy vuelvo al club de la pelea… pensé, esperando el primer golpe del recientemente cornudo…

¿A si?… respondí incrédulo.

Si… dijo pensativo y agrego: no te preocupes, se lo fastidiosa que puede ser Mili…

¿Qué?… pregunte sin entender.

Ya sabes, cuando la reprueban se pone insoportable… pero ya se le pasara…

Ahhh… exclame con cierto alivio.

Al parecer Mili no le había contado la historia completa, porque sino se armaba la pelea del siglo en el patio de la facultad.

Por tu culpa tendré que volver a llamar a mi amiga… te conté de esa que succiona vergas como toda una profesional, además tiene unas senos enormes… me dijo burlonamente.

¿Qué?¿Con Mili no te basta?… le pregunte.

Bueno, a Mili no le gusta practicarme sexo oral… tu sabes algunas mujeres piensan que es denigrante… tonterías suyas…

Lo mire extrañado, porque recordé la espectacular mamada que días antes me dio Mili, no tuve que decirle nada, ella misma engullo mi verga con vehemencia… al parecer también recibí las caricias de los labios de Mili en mi verga antes que Javier… hasta ese punto llego la excitación de Mili, se olvido de sus convicciones sobre el sexo oral, sucumbiendo ante el placer y la gratitud hacia el pene que le desfloro su ano…

Además, cuando Milagros se pone fastidiosa, prefiero buscarme a otra… replicó Javier, notando mi silencio e intentando justificar su infidelidad.

No le podía reprochar mucho porque yo mismo le fui infiel a mi enamorada, seducido por las curvas de Mili. Javier se alejo, diciéndome que si quería podía darme el numero de su amiga.

Esa semana, al salir con mi enamorada, tuve que disimular la cara de culpabilidad. Ella me noto distraído, me excuse diciendo que tenia mucho trabajo en la universidad… y me creyó. Caraj… ¿por que tanto remordimiento?, en toda mi vida es la primera vez que he sido infiel, y dudo que vuelva a repetirlo… me dije, intentando acallar mi conciencia, pero no tardaría mucho en tropezar de nuevo con la misma piedra.

Termino la semana y nuevamente vi a Mili en clase, otra vez teníamos que hacer un informe, seria el ultimo del ciclo… ya no podíamos evitarnos. Quedamos de acuerdo en hacer el trabajo el sábado por la tarde, en la facultad. No mencione nada de ir a mi casa o la suya, no creo que hubiera aceptado… además su trato conmigo era frío… ella tampoco sospechaba que caería de nuevo en una infidelidad…

Nos encontramos en la sala de computo de la facultad. Mili vino con un pantalón blanco apretado, note el revuelo que causo en el pasillo, todos los hombres babearon al verla pasar. Después me daría cuenta que su pantalón no tenia bolsillos en la parte trasera, aunado al claro color, casi translucido del pantalón, uno prácticamente podía verle todo su jugoso trasero. Llegue a pensar que no traía ropa interior, luego descubriría que su diminuta tanga blanca se había perdido entre sus generosas nalgas.

Intente concentrarme en el trabajo, su trato indiferente no me daba lugar a otra cosa, sin embargo, por momentos soñaba despierto, recordaba lo sucedido dos semanas atrás o como la vi de espaldas minutos antes, con su sugerente pantalón blanco, que no dejaba mucho a la imaginación.

Llego la hora de cerrar la sala de computo y no habíamos terminado el informe. El tipo que administraba la sala nos conocía, así que nos dejo quedarnos unos minutos más. A pesar de eso no pudimos finalizar el trabajo. Al abandonar el centro de computo, nos dimos cuenta que la facultad estaba prácticamente desierta…

Debemos presentar el informe el lunes, solo nos queda el domingo… le dije.

¿Qué hacemos?… pregunto secamente.

No se, vamos a tu casa… sugerí.

No, un virus mato mi computadora y no la he arreglado… me contesto de mala gana.

Entonces vamos a mi casa… dije.

Eso te convendría… me dijo con desconfianza.

¿Quieres terminar el informe o no?… pregunte con seriedad.

Pero tu quieres ir a tu casa a trabajar o a que… me respondió con cierto enojo.

¿A que te refieres?… conteste enfadado.

Ni creas que te vas a aprovechar de nuevo de…

No te hagas la inocente, que yo no soy el único culpable… respondí fríamente.

No dijo nada, simplemente recibí una estruendosa bofetada que me dejo helado, no supe que hacer, estaba molesto pero no la iba a golpear. Pensé en otra cosa para desquitarme, la abrace con fuerza y la bese. Mili no reacciono, por unos instantes llegue a sentir que me correspondía, pero luego vino el forcejeo, me aparto bruscamente, lucia iracunda pero parecía haber disfrutado del beso que le robe, al menos eso creí hasta que me dio otra bofetada.

Idiota… me grito con lo que me parecía una fingida furia o pudor.

Después, sin dar pie a una replica mía, ingreso presurosa al baño de damas que estaba a escasos metros de nosotros. Vacile unos segundos, pero con la rabia que tenia no iba a dejar las cosas así. Ingrese también al baño de damas.

La encontré frente al lavamanos, mirándose en el gran espejo del baño.

¿Qué haces aquí?… pregunto sorprendida.

Esto… dije, y nuevamente la abrace y bese.

Hubo menos forcejeo que la primera vez, llegue a sentir su lengua, sus brazos parecían querer abrazar mi cuello, pero nuevamente me alejo y otra vez mi mejilla enrojeció por una bofetada.

Cuando voltee el rostro para verla, me miro de manera extraña, pensé que me daría otro golpe, pero me tomo del cuello y fue ella misma quien me beso, en un lujurioso pero extraño beso. Esta vez yo la aleje, ahora había pasión en el brillo de sus negros ojos. Su pecho henchido subía y bajaba por la adrenalina que esa situación generaba… viendo su rostro ansioso y sus medianos melones ir y venir, me dije ¿Por qué no?… tome su blusa, y en un rápido movimiento la jale, rompiendo todos sus botones y dejando a mi vista sus senos… me abalance sobre ellos jaloneando su brasier y engullendo sus pezones…

Ahhh… gimió sorprendida.

Mili respiraba agitada, me acaricio el cabello, pero sus manos prefirieron buscar en mi pantalón, hice lo propio con el suyo. Ella tomo mi endurecida verga entre sus dedos y yo le bajaba como podía su apretado pantalón y la pequeña prenda que parecía ser su ropa interior. Mi pantalón cayo al suelo por su propio peso mientras Mili no dejaba de pajear mi pene.

Deje de acariciar sus senos y la bese nuevamente, cuando me aparte, en sus ojos veía deseo… no dije nada, bruscamente hice que se volteara, que me diera la espalda. Cuando Mili entendió lo que yo quería, no ofreció resistencia, solo se agarro de los bordes del lavamanos esperando que la sometiera.

De espaldas a mi, con su pantalón y su ropa interior apenas por debajo de su pubis, me hice espacio entre sus redondas formas, mi tiesa verga como dirigida se ubico a la entrada de su ano. Alce la vista y la vi por el espejo, una expresión de ansiedad se leía en su rostro.

Vamos… susurro súper excitada.

Simplemente le fui hundiendo mi verga, que al principio no entro, pero fui empujando y ella a su vez inclinaba su espalda, haciendo que su trasero presionara contra mi pene, hasta que al fin logro entrar…

Ohhhhh…. se quejo ella, mientras parecía temblar de placer.

En su boca abierta un gesto dulce de dolor. Repuesta del impacto inicial, Mili siguió empujando hacia atrás, mientras yo apresaba su estrecha cintura y arremetía hacia delante. En este raro forcejeo le fui clavando centímetro a centímetro mi verga. Parecía que iba a desfallecer, pero seguía empujando su enorme trasero hacia mi, solo así acallaría ese cosquilleo anal que ahora tenia, que la dominaba, sabia todo el placer que aquello le podía deparar.

Los ojos de Mili lagrimeaban, no sabia si de alegría por ser nuevamente atorada por el ano o de dolor porque esta vez no había crema que nos ayudase… hasta que por fin la tuvo toda adentro, bajo la cabeza, parecía disfrutar teniendo todo mi pene dentro de su estrecho agujero, llenándola…

Uhmmm…. Ufff… escuchaba su respiración entrecortada.

Sus manos se asían con fuerza al lavamanos, y las mías no soltaban su pequeña cintura… cualquiera que entrara al baño en ese momento podía pensar que se trataba de una violación: Yo presionándola contra el lavamanos y ella con su blusa desgarrada, su brasier roto, sus senos al aire, su pantalón bajado a medias, mis manos aferradas a su cintura y claro… mi pene abriendo sus gordas nalgas…

Hasta que Mili levanto el rostro y me vio por el espejo… parecía poseída, tenia la misma expresión de locura pasional que le vi días atrás en mi cuarto…

¿Qué esperas?… fue lo que me reclamo a media voz.

No tuvo que decir mas, comencé a cabalgarla, dificultosamente y escuchando sus quejidos, yo reprimía los míos… a mi también me causaba un poco de dolor perforar su estrecho ano. Su esfínter apresaba mi pene, parecía no querer soltarlo. Paulatinamente las penetraciones fueron mas agradables, disfrutaba de la fricción de mi miembro contra su pequeño agujero… ella también…

Uhhhh… uhmmm… ohhhh… la escuchaba gemir complacida

Una de sus manos soltó el lavamanos y se dirigió a sus henchidos senos, ella misma se dedico a estrujarlos mientras soportaba mis embestidas contra su inflado trasero. Mi ingle rebotaba contra sus redondas nalgas produciendo armónico ruido que resonaba en todo el baño…

Mili se inclinaba, procurando que mi verga le entrara mejor, que sus nalgas dieran paso a penetraciones mas profundas. Su cabeza prácticamente apoyada de lado en el espejo, un codo contra la unión entre el lavamanos y la pared, mientras su mano libre no dejaba de acariciar sus senos que retumbaban con cada incursión de mi pene en su ahora ágil esfínter.

Ayyy… debo estar loca… uhmmm… vocifero ella.

¿Por qué?… pregunte jadeante, sin dejar de moverme.

Uhmmm… porque me gusta demasiado… ohhh… respondió, volteando parcialmente y mirándome directamente a los ojos.

Esto me excito mas, ahora mis arremetidas eran mas fuertes y rápidas. Ella volvió contra el espejo, soportando y disfrutando de mi vigor. El espejo se empaño con su sudor, con el aliento de sus gemidos que cada vez eran mas continuos..

Uhhh… me vas a mataaar… ahhhh…. exclamaba ella, a punto de reventar de placer.

Tomaaa… grite castigándole el ano con mayor vehemencia.

Poco después llene su ano con mi ardiente semen, el goce que esto origino se propago por todo sus ser, transformándolo en un prolongado orgasmo… Mili apoyo los codos en el lavamanos respirando dificultosamente. Yo no dejaba de presionar mi verga contra sus enormes nalgas, esperando que mi pene dejara de escupir lo que parecían litros y litros de esperma…

Me dedique tanto a observar sus reacciones, a través del espejo, que no me di mayor tiempo de contemplar su imponente trasero: con mi verga partiéndola en dos, sus carnosas nalgas arremangadas contra mi ingle, sus redondas formas terminaban armoniosamente en su estrecha cintura… mi pene se fue deshinchando mientras yo admiraba sus curvilíneas formas…

Luego me aleje, Mili seguía apoyada contra el lavamanos, reponiéndose de toda la agitación que le provoco su satisfactorio orgasmo… yo retrocedí unos pasos y aprecie su gran culo bronceado, su pequeño y enrojecido ano destilando mi leche, manchando su pantalón… Ella volteo, me miro satisfecha y con su pantalón tal y como estaba se me acerco. No le importo que el piso estuviera sucio o que su pantalón fuera blanco… simplemente se arrodillo y se trago mi semi erecta verga… limpiando, lamiendo y relamiendo cada gota de semen…

Menos agitado, suspiraba complacido por las caricias que sus labios y su lengua le brindaban a mi también enrojecida verga…

Finalmente Mili apoyo su cabeza en mi ingle, sus brazos rodeaban mis piernas, parecía cansada, después de la furiosa cogida que le di, supongo que debía comprenderla. Ella se lo busco con esas repetidas bofetadas… me justifique, luego me dije: además ambos lo disfrutamos… espero que no me eche la culpa por lo sucedido otra vez… parece que leyó mis pensamientos:

Ahora ¿que vamos a hacer?… me pregunto a media voz desde su posición

No conteste, porque tampoco sabia la respuesta… Mili con cara de angustia me miro desde abajo, con sus rojizos labios aun melosos por mi leche.

No se…. fue mi sincera respuesta.

Para contactar con el autor:

AdrianReload@mail.com

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