«El hombre es un lobo para el hombre.» Thomas Hobbes

NI TU, NI YO, ¿QUIEN DARÁ EL PRIMER PASO?, ¿QUE LOBO GANARÁ?…

 “No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz sino espada”. Mateo 10:34

Lizbeth, hermosa hija de 22 años del afamado y adinerado médico especializado en Ginecología, Raúl Orozco Betancourt, escuchaba cabizbaja y curiosa el sermón ofrecido por el maduro sacerdote Chuy Venegas. A lo lejos podía observar a su Profesor preferido, Cosme Iván Alonso Sánchez con su guapa esposa y sus hijos adolescentes. Sabía que su hijo mayor era casi de su edad, por ahí de los 20 años, ya que asistía a unos cursos anteriores a los que ella matriculaba y el otro unos dos o tres años menor. Su mentor, calculo tendría unos 45 años de edad, dicha información se las había dicho desde la primera clase que tuvieron, pero de eso fue el año pasado y no se acordaba. En realidad parecía de unos 35 años.

El padre Chuy entusiasmado, eufórico y emocional como suele serlo, a sus aún 50 años, empezó a contar una anécdota para relacionarla con la explicación del Evangelio de Mateo, no sin antes citar que el filósofo inglés del Siglo XVII, Thomas Hobbes popularizo en su obra de 1651,  –Leviatán- la famosa frase que en su momento acuño el comediógrafo latino Tito Macio Plauto (254 a. C. – 184 a. C.) en su obra Asinaria:

“Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit.”, que significa “Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”, al Padre Chuy le encanta preparar detalladamente su intervención dominical. Con su mejor voz, el sacerdote empezó:

“Un niño de siete años le pregunto a su abuelo: ¿Por qué hay guerras en el mundo?, Su abuelo acomodándose las gafas, le explico que en todo ser humano hay dos lobos peleando de manera constante. Un lobo pugna por la belleza, la bondad, la honestidad, la sinceridad, la fraternidad, el amor, la solidaridad y valores de ese tipo. Con paciencia les explico cada uno. El otro lobo por el contrario, quiere que el hombre luche, aplaste, domine al otro, busque su propio interés. También con palabras adecuadas a la edad de su nieto, les detallo cada uno de esos antivalores. Esos dos lobos siempre anidan en el hombre y buscan predominar sobre el otro, cuando el lobo malo gana, se llega hasta la estupidez de la guerra. El niño le pregunta ahora, ¿Qué lobo ganaría dentro de mi cuerpecito? El abuelo solo contesto: el que tú alimentes…

El sacerdote pregunto a la audiencia: ¿Cómo alimentamos el lobo del bien…? Una viejecita contesto que siendo buenos cristianos, otra señora que alimentándose de la palabra y de buenas acciones.

El Padre Chuy les dirigió una sonrisa afable y afirmando volvió a la carga, efectivamente como en Hebreos 4:12 se menciona, “Porque la palabra de Dios es VIVA y EFICAZ, y MAS CORTANTE QUE TODA ESPADA DE DOS FILOS; y penetra hasta PARTIR EL ALMA Y EL ESPÍRITU, las coyunturas y los tuétanos, Y DISCIERNE los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Para de inmediato proseguir: La palabra de Dios es como una espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, y discierne los pensamientos e intenciones del corazón. Es la mejor ARMA que tenemos.

Por todo esto, debemos estar conscientes que vamos a tener guerra espiritual porque Jesús ya nos lo advirtió. Por lo tanto, la mejor forma de hacer esta guerra es usar la palabra de Dios como espada del Espíritu. Para eso tenemos que conocer bien la Palabra pasando muchas horas estudiando y meditando en ella y así siguió discerniendo y preguntando de vez en vez, incluyendo la pregunta ¿Cómo alimentamos al lobo del mal?….

Para ese entonces, Lizbeth ya estaba toda distraída. Pensaba en la película que iría a ver con sus amigas por la tarde, después de asistir al partido de beisbol de las 12 de la tarde. Todo el domingo para divertirse con sus compañeras y mañana lunes temprano a las 7 am la clase con Iván. Su novio Agustín radicaba en otra ciudad muy lejana, nada menos que el DF, porque estudiaba una carrera que no existía en la localidad. Solo en ráfagas captaba algunos de los conceptos y es que sabía que su papá Raúl le preguntaría al término de la misa. Con lo que agarró estaba segura salir de ese apuro.

De vez en vez, no entendía el por qué,  dirigía su mirada hacia su maduro profesor. Le llamaba la atención lo diferente que lucía ahora de una cómoda bermuda y polo, haciendo lucir su envidiable figura sin artificios ni exageraciones, aún para sus demasiado atléticos compañeros de Universidad. No era nada agraciado del rostro, es decir no era el típico guapo, al contrario era moreno y simple, pero en realidad no es feo, simplemente diferente a las personas de su círculo social.

Sus amigos incluso maldecían como en los juegos de futbol en los que participaban no podían vencer con claridad al equipo de Iván que con otros maestros y algunos refuerzos juveniles del personal administrativo y uno que otro alumno tenía.

Normalmente Iván viste formal sin llegar al uso del traje, un buen pantalón docker y una camisa de marca afín al color, si acaso en Otoño un saco informal, pero ahora lucía como un jugador de golf y se veía muy bien.

Por su parte, Iván con cuidado de que su esposa Janeth e hijos no se dieran cuenta, volteaba y sonreía a una de sus tantas alumnas favoritas. Al parecer sus hijos estaban como distraídos mirando al aire, pero su esposa era muy receptiva y él estaba en su día de descanso como para dar explicaciones. Lizbeth lucía radiante como siempre. Él era muy esmerado en su imagen y aún en ese recinto quería lucir muy bien para esa fémina. A él le encantaba la fama que tenía de inconquistable, ético y de coherencia que proyectaba. Tenía un ego desmesurado. También ponía atención en la charla del sacerdote por si su familia le interrogaba, sabedores de que él no está muy convencido del acto y de que asiste  a la  misa del domingo a pedido de su esposa.

Al terminar la ceremonia, coincidieron las familias presentándose, Janeth le comento un tanto sarcástica: ¡Qué guapa alumna tienes! Como has de sufrir en tus clases…

Iván solo mascullo: ya vez no todas son así, la mayoría están pasadas de peso y no agraciadas…

Janeth: ajjjaaa y menos en la Uni, va cada cromo….

Iván: De que te preocupas, si sabes que solo tú eres la más hermosa para mí, dándole un sensual abrazo y beso delante de todos, que no pasó desapercibido para la joven Lizbeth que a mediana distancia los vio y que por un momento experimento un cierto grado de algo parecido a celos o envidia…que raro sentimiento se dijo para sí.

ELLA: Lizbeth es una joven de tez blanca, muy inteligente, madura y centrada que estudia Mercadotecnia en la mejor Universidad de la afamada Perla Tapatía, la ciudad de Guadalajara. Se podría decir que es de clase media alta, tirándole de plano a la clase alta. Su padre, que si es de extracción pobre, aunque de viejas raíces europeas por el color de su piel, a base de especializarse en su carrera de Medicina ha logrado la movilidad social y económica que todos los que estudian mucho, desean. Su mama es de Durango y ella si es de clase de abolengo venida a menos y de quien heredo su belleza especial. Lizbeth tiene un aire algo muy parecido e incluso mejor a su paisana Marlene Favela que es una actriz mexicana, nacida en Santiago Papasquiaro, estado de Durango en el país México (busquen sus imágenes en google y se darán cuenta de lo esculturales y hermosas que son en ese pueblo sus mujeres). Su pelo negro es largo, sus curvas de infarto son ya de mujer hecha y derecha. Toda su educación es muy católica, tal y como se acostumbra en el sector de clase media de México y de cualquier país latino. Colegios de monjas y círculos muy cerrados a otros ambientes, lo que en un pueblo se da. Aunque parezca mentira, sigue siendo virgen, si bien se mete sus buenos agasajes con su novio de años, Agustín el cual prácticamente lo tiene desde preparatoria y casi ya toda la carrera, ya que este semestre se gradúa. Ambos son de ese pequeño pueblo en el estado norteño de México.

La familia de Lizbeth por el trabajo del padre, radican ahora en Guadalajara, Jalisco que es un centro afamado de Hospitales innovadores y tratamientos nuevos en prueba. Ahí Raúl pudo florecer como ginecólogo de mujeres con problemas para embarazarse y encumbrarse para tener a su familia en una posición privilegiada.

La película que fueron a ver fue muy extraña, se trataba de un cine que pasaba películas de estreno junto a otras no tan recientes. La que vieron se llamaba “La Elegida”, los protagonistas son David Kepesh (Ben Kingsley, el actor que gano el Oscar por interpretar a Gandhi), es un senescente profesor universitario de 62 años bien conservados, y la hermosa estudiante Consuelo Castillo (Penélope Cruz, ¡qué senos, dios mío! y ¡que mirada de hembra en busca de todo!), quien es mucho más joven, de 32 años y poseedora de un sutil poder de seducción que atrae al profesor. Kepesh es un hombre bastante maduro, es divorciado y vive una soledad dura, solo tiene a un hijo quien es doctor, un par de amigos cercanos, entre ellos George, (Dennis Hopper) y a una amante ocasional de casi su misma edad que es Carolyn (Patricia Clarkson) quien solo se aparece en los festivos o cada quince días para dar un paréntesis a la soledad de Kepesh.

David Kepesh es célebre en el ambiente literario y público debido a su sapiencia acerca de la cultura y la literatura; y por sus cercanos que lo conocen por sus intensos instintos seductores, su pasión por las mujeres bellas y por su poca tendencia de establecer lazos duraderos; pero todo esto pierde sentido cuando la joven cubana Consuela Castillo (Penélope Cruz) se cruza en su camino después de la fiesta de graduación.

Después del juego y la seducción, los dos protagonistas empiezan una relación de la que Kepesh parece no poder prescindir. Pero al año y medio de relación pasional, los celos, la diferencia de edad (30 años) y el miedo al súbito abandono traicionan a Kepesh. Kepesh además en las diarias conversaciones con su amigo George se va influenciando por los consejos y puntos de vista que emite este quien pronostica que la relación entre un hombre mayor y una joven no tiene futuro y que solo debe aprovecharla al máximo mientras dure. Kepesh además debido a sus miedos, no interpreta o no oye los mensajes en contrario que Consuela le entrega en sus conversaciones acerca de un futuro entre ellos.

Todo esto desemboca en que Kepesh alimente en él un miedo paranoico atroz a ser dejado por Consuela, en resumen miedo al desamor. La pareja se distancia cuando Consuela intenta presentarlo a su círculo social, otra señal que Kepesh desestima. Kepesh odia admitir que se ha enamorado; pero ya ha hecho daño en la relación sin quererlo, Consuela no lo llama más ni vuelven a verse despúes del desaire. Kepesh vuelve a la vida y a la zona de confort que tenía antes de Consuela pero no la olvida y sus sentimientos permanecen en su alma torturándolo día tras día, momento tras momento.

Sin superar el tener que estar solo, sin Consuela, David Kepesh se refugia en su profesión y su relación casual con Carolyn. Dos años después y tras afrontar la muerte de su mejor amigo George, Consuela aparece en su apartamento para incredulidad de Kepesh y ella se presenta con una petición que hacerle y una noticia: ella tiene cáncer de mama.

La película la inquieto por la relación que se da entre el profesor universitario y la bella Penélope Cruz. Otra vez, sin saber porque, pensaba en el profesor Cosme Iván.

Su noviazgo es de ya casi cinco años. El último año de preparatoria que estuvieron juntos en Santiago y los cuatro años y medio de sus carreras. Solo que Agustín se tuvo que ir al DF y ella y su familia a Guadalajara. Por ese motivo las veces que se podían ver eran contadas en el año. En verano ella siempre estudio o realizaba actividades extra académicas. Claro que su novio quiso hacerle el amor, pero ella supo mantenerlo a raya y no es que no quisiera, sino que sabedora de que su papa estaba sobre ella y más que nada por prejuicios morales que tenía muy arraigada al ser muy provinciana y mantenerse expectante de los riesgos que evidentemente se le presentaban en su vida universitaria. A lo más que llegaron es que ella le practicara la masturbación con sus manitas blancas y tiernas. A estar casi desnudos uno frente al otro en alguna habitación de un lujoso motel en la ciudad, pero con la consigna de no sobrepasarse. El novio se contenía ya que se saboreaba el manjar que el futuro le deparaba. Por supuesto que le llego a acariciar con  sus manos y boca esos suculentos senos que su novia tenía.

Lo que sucede es que en dichos Institutos privados es común que en cada salón de clases se formen grupitos pequeños que poco socializan unos con los otros. El círculo de sus amigas es muy parecido a su perfil, niñas bien de clase media. Chicas católicas, muy de familia, provenientes de otras provincias, de familias “normales”, nada disfuncionales.

Claro que conocían que en otros grupos se movía alcohol, drogas y sexo. Sobre todo los grupitos de mayor riqueza económica es donde más se daban esas situaciones. Su grupo varias veces asistió a fiestas en donde de manera abierta corría cualquiera de esas vertientes. Pero ellas se sabían mover, ya que sus padres las adiestraban de todos los peligros posibles. Eran diestras en cuidar su virginidad, sabedoras de que era necesario para seguir siendo “casables” con buenos partidos, so pena de hacerse de mala fama en esos círculos tan estrechos.

Por otro lado, prácticamente ella y Agustín se habían ya comprometido,  se pensaban casar pasados unos dos o tres años después de que se graduarán ambos. Por supuesto que las familias estaban de acuerdo. Incluso los padres de Agustín aún más, la novia anterior de su hijo les había dado una mala experiencia al destaparse que se trataba de una alcohólica y ninfómana que fue sorprendida in fraganti en la misma casa de ellos, con un “sirviente”…uuufff fue el acabose para los padres del adinerado muchacho. Pero esa es otra historia.

Por lo mismo sabedores de la educación cristiana de su futura nuera, alentaban que su hijo la cuidara y no fuera a cometer una barbaridad. Ellos eran dueños de varios negocios en el pueblo de Santiago y sus recursos económicos eran muy superiores a los de la familia de Lizbeth. El muchacho se había podido contener ante el monumento de novia que tenía porque se daba sus buenos desquites con suripantas y amigas con derechos que no le faltaban en la soledad de su estancia en la capital del país, el DF. Cuando era época de visita a la novia, días antes se daba buenos atracones de sexo para no llegar con tantas ganas a ver a su escultural, deseada y envidiada novia.

En una semana, día a día, Lizbeth viviría un proceso en donde los dos lobos entrarían en pugna por tomar la victoria.

Él: Cosme Iván Alonso Sánchez, en realidad tiene 47 años, pero posee el don de tener una envidiable salud, por lo que representa mucho menos, es lo que se suele decir: “una persona come años”. De extracción pobre, a base de estudio y trabajo desde su adolescencia, llego a tener una Licenciatura en Economía, Maestría en Alta Dirección, Maestría en Educación y Doctorado en Economía. Trabajo muchos años en Dependencias Gubernamentales y en proyectos con la Industria, sin llegar a escalar en demasía en el organigrama, ya que prefería cambiar de puesto e iniciar de nuevo en otra ciudad, cuando veía o le pedían cosas que se salían de su estricto código de valores. Es bien sabido, que entre más subes en el Gobierno, más te debes prestar a actos de corrupción y él no se prestaba a ello, ni a establecer una política de relaciones y convencionalismos para ir quedando bien con determinadas personas que lo apadrinaran y pudiera escalar. Simplemente a él no le interesaba ese juego perverso de la grilla organizacional. Lo que le ocupaba era hacer bien su trabajo. Practicaba el voleibol de manera amateur a un muy buen nivel, sin dejar de hacer otros deportes como el soccer, el beisbol y lo que se organizara en la Universidad, ya que prefirió dejar el trabajo en el Gobierno, para ya dedicarse de unos 10 años atrás a la docencia universitaria. Ya había radicado en diversas ciudades del país e incluso vivió con su familia un año en Guatemala, haciendo una investigación para el Gobierno de Hidalgo. Él nació en un pueblito de la costa de Guerrero, cercano a Acapulco. Tiene 20 años de casado. Nunca le ha sido infiel a su esposa con una dama en particular, aunque en los últimos cinco años, aprovechando viajes por motivos de investigaciones para su Universidad se dio su gustito con “acompañantes de alto nivel”, “escorts de primera”. Una ocasión fue en Guadalajara mismo, la otra en el DF y una más en Monterrey. Pero esas son otras historias candentes por lo tórrido que resultaron. Aprovechando ocasiones en que tenía dinero extra, se dio esa pequeña libertad, ya que es un hombre muy sano, fuerte y como buen costeño, ardiente al por mayor. Sin embargo fue formado por sus padres en la disciplina del trabajo y la cercanía a Dios, por lo que sus valores morales siempre entraban en jaque, cada vez que se le presentaba la ocasión de poder contactar en un plano más íntimo con alguna compañera u alumna mayor cuando le toca dar asesorías a empresas o cursos de posgrado. Es alto, ya que probablemente tiene orígenes africanos, es muy moreno, delgado, fibroso. El típico hombre de costa. Su educación y cultura contrastan con su físico y origen, lo cual hace que llame la atención sin proponérselo. Al subir hasta cierto nivel económico y ya próximo a estar aligerado de la responsabilidad económica de sus hijos, su vida está adquiriendo un muy buen nivel de relajamiento y de confort, aunado al orgullo que siente por su vida y sus logros académicos. Tiene el síndrome de “Hugo Sánchez” (ex jugador mexicano de los 80 y 90 que milito en el Real Madrid de España- y que se le reconoce por su enorme orgullo por su carrera exitosa a pesar de las adversidades), por lo que se luce con sus alumnos, compañeros y familiares, aunque lo hace de tal manera que solo su esposa es sabedora de ese sentimiento de triunfalismo que tiene, nadie más lo percibe, al contrario lo elogian aún más por su bien adoctrinada “humildad y sencillez”.

Nada turbaba la mente de este pensante hombre, solo el seguir viéndose bien, aprender y enseñar más, lucirse ante los demás. En siete días sería puesta a prueba su conciencia y su moral.

PRIMER DÍA, LUNES: El encuentro

En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación. Anónimo.

Lizbeth suele ir a nadar a la alberca de la Uni a las 10 am que tiene tiempo libre y que el lugar se encuentra prácticamente vacío. Sus clases fueron normales. La primera clase con Iván, cansada al ser la primera y a tan temprana hora. Como que el Profe y el grupo se lo tomaron con calma y estuvo muy tranquila. De hecho, cosa rara, Cosme Iván casi no se movió de su lugar en donde se paró e incluso se sentaba de vez en vez. Normalmente es un Profesor que se mueve por todo el salón.

Cosme Iván se maldecía por haberse lastimado al descuidarse en un movimiento en el juego de padres, solteros e hijos que se dio el domingo en el club deportivo al que acudía con su familia. Le dolía el hombro, tendría que acudir al área de rehabilitación deportiva anexa a la alberca. Su única opción de tiempo libre era a las 10 am.

La doctora lo atendió prontamente, dándole una terapia inmediata con el especialista.              La mesa de terapias daba hacia la alberca a través de un gran ventanal de piso a techo, la cortina estaba descubierta por completo, ya que los tratamientos se dan seguido. Para tomar el tratamiento tendría que quedarse en calzoncillos para que el amanerado terapeuta que por cierto era objeto de chascarrillos entre los jóvenes, le aplicara un masaje y tratamiento térmico con aparatos en toda la espalda, pero desde el tobillo y pierna hasta el hombro dañado. No habría problema, entre jóvenes era común andar en esta área casi desnudos. Solo que aquí se trataba de un profesor.

Una vez que del baño de hombres, salía Iván solo en su trusa tipo bikini, casi choca con una distraída Lizbeth que en un conjunto precioso todo rosa de bikini a dos piezas, también casi se cae, por lo que tuvo que apoyarse con sus manos en el pecho de su mentor preferido.

Ambos se rieron tontamente dando cualquier excusa, a pesar de haber estado juntos en otras ocasiones, nunca habían estado frente a frente de esta manera, casi desnudos, en donde solo la imaginación febril de ambos corrió desbocada para minimizar esas pequeñas prendas en este inesperado encuentro.

ELLA:

El sentimiento que tuvo Lizbeth fue muy raro, como cuando tiene hambre y el estómago se contrae. Ayer domingo ver a su pulcro profesor en bermuda y ahora en una minúscula trusa no era algo que se esperara. Sin querer comparo el fornido cuerpo de su novio, rayando en la exageración, ya le había comentado que no le gustaba como se veía, como si fuera un jugador de americano. Además, le parecía chistoso que Agustín tuviera un rostro requemado, aunque blanco y su piel blanquecina, como si fuera de dos colores. Por otro lado, siempre le pareció sospechoso que de buenas a primeras su ya prometido empezara a ponerse musculoso, como que lo sentía artificial, incluso la última vez le regaño amistosamente:¿No te estarás tomando pastillas como lo hacen la mayoría de mis compañeros para ponerte así?….Como crees le contesto un azorado Agustín, esto es producto de mis horas de gimnasia, Ja, nada más lejos de la realidad, al igual que la mayoría de los jóvenes de clase alta en el país, se empastilla para ponerse como si realmente estuviera en agotadoras horas en las pesas y los aparatos. Por el contrario vio que su profesor tenía un cuerpo musculoso que le pareció perfecto, duro, estético y que incluso vestido no se podía adivinar…sin duda su mujer que por cierto era muy guapa y curvilínea estaría feliz de tener a alguien así. Sin saber porque, la curiosidad hacia voltear a ver a su profesor que ya se encontraba tendido en una cama recibiendo un masaje por parte del terapeuta. Recordó a sus amigas que bromeaban con el buen trasero que se cargaba Cosme Iván. Muchas decían que le encantaba lucirlo con sus pantalones semi formales clásicos. Ella nunca dio mucha atención a esos comentarios, ya que por un año fue la asistente de él y se extrañaba ahora de empezar a verlo como un hombre de cuerpo atractivo. Le llamaba la atención la piel morena uniforme que tenía y que contrastaba con la sábana blanca y con las femeniles blancas manos de quien le estaba ejecutando la terapia y que atento a su trabajo y en su incesante parloteo no notaba como tanto el profesor como la alumna que nadaba en la alberca se dirigían de vez en vez miradas.

 

EL:

Cosme Iván quedo impresionado, pocas veces tenía la oportunidad de ver a una alumna tan escultural y bella en bikini, su libido de inmediato respondió, estaba haciendo enormes esfuerzos por no delatar el empalme que estaba teniendo. Afortunadamente estaba boca abajo, disimulando lo mejor que podía para ver nadar  a Lizbeth en todo su esplendor, su bello cuerpo blanco, su pelo negro, esos ojos de inocencia contenida, ese rostro angelical y tierno, esa boca roja que sin coloretes artificiales hacia lucir a ese dulce encanto y que se le quedo en la retina, junto con las espectaculares curvas que sintió a plenitud al estar casi prácticamente abrazados hace un rato. Ahora el estilo de nado de esa mujer joven, hacia sobresalir después de cada brazada su impresionante trasero apenas cubierto por un pedazo de tela rosa que se llegaba a confundir con su piel nívea. En sus clases ya había aprendido a mirar con astucia cuando sus alumnas en sus apretados pantalones de mezclilla, o en el verano y la primavera en sus shorcitos no se daban cuenta para darse sus buenos panoramas visuales, así como en sus descarados escotes o en las vestimentas que usaban sobre todo los días de examen. Claro que le encantaba mirar, pero nunca, nunca había estado así de cerca de ver a este modelo de mujer que tuvo buen tiempo como asistente como la había visto el día de hoy. Siempre le gusto, le llamo la atención, aunque en su código estaba que nunca, nunca se sobrepasaría, pero ahora, simplemente se la estaba comiendo con los ojos y con la mente. Se daba permiso de ese pequeño desliz, al considerar que no hacía daño a nadie.

Como si se hubieran puesto de acuerdo todos, al ir hacia sus regaderas en los baños respectivos de ambos, se volvieron a topar de frente y en el pasillo, de tal manera que su caminar pausado les permitió una vez más observarse a plenitud uno al otro. Sus miradas se cruzaron, pero como buenos jugadores de pokar nada denotaron.

SEGUNDO DÍA, MARTES: La noticia

Se ha comprobado que el celibato no es que alargue la vida, sino que hace que la vida parezca más larga. Anónimo.

Mayte, la mejor amiga de Lizbeth que vivía con ella, no dejaba de llorar abrazada a una también llorosa alma sensible, que no dejaba de abrir sus ojos como platos ante lo contundente de cada revelación que le hacían. Su mente ya no asimilaba la cascada de sentimientos que recibía después de las frases entrecortadas que le mencionaban.

Mayte: ¡Desgraciado, Michel, me lastimo mucho!, Me dijo que no me dolería, y me desgarro toda, no supo hacerlo, yo me había preparado con tanto anhelo, pero él solo fue a lo suyo, sin tenerme en consideración, pero esto no se va  quedar así….te juro que me las va a pagar….ya lo mande a la fregada, pero esto no se queda aquí…

Mayte al igual que Lizbeth era de Santiago, su familia le pidió a los papas de la afligida amiga que le dieran cobijo durante su estancia universitaria. A diferencia de esta, su novio Michel si estudiaba en Guadalajara, siendo de otro pueblo muy cercano al de ellas. También desde antes ya tenían esa relación. Mayte le platicaba que había perdido su virginidad en la Semana Santa, meses atrás, si se había aguantado esa traumática vivencia es porque lo había perdonado, pero ahora se enteraba de que el angelito andaba con un transexual de lujo de la ciudad (Guadalajara es el paraíso de los escorts transexuales que luego emigran al DF y de ahí andan por todo el país e incluso al extranjero, pero una buena parte del producto nacional nacen y se transforman en esta bella ciudad).

Lizbeth, estaba impresionada, la narración de esa primera vez de su amiga no había sido lo que ella esperaba. Michel y Agustín son viejos amigos, de hecho, muy buenos amigos, ya que ambos pueblos de donde son, colindan y su gente se frecuenta mucho.

El hijo mayor de Cosme Iván, Daniel le estaba platicando de unas jóvenes alumnas de su padre, que aparentaban ser unos angelitos, cuando en realidad se trataba de unas empedernidas alcohólicas y ninfómanas que ya se habían metido con todos los chicos universitarios que habían podido. Estaba impresionado, juraría que esas jóvenes no tendrían esas licenciosas conductas, sin duda alguna estaba fuera de tiempo, no sabía distinguir en una joven el bien y el mal. ¿Sería que todas las jóvenes son lobos con piel de oveja?

ELLA:

En la intimidad de su alcoba, Lizbeth reflexionaba: ¿Cómo era posible que Michel hubiera dañado en su primera vez a su amiga? Y lo peor, ¿Por qué la engañaba? ¡ Y con un hombre…! Desgraciado, le preocupaba que era muy amigo de su novio, un ramalazo de celos se le vino de repente, tendría que hablar esto con la mayor discreción con Agustín, pero no quería por ningún motivo ser parte de una de las estadísticas de novias agredidas. Para colmo, en la TV estaban dando un reportaje muy explícito de ese raro fenómeno que se está dando de agresión en el noviazgo en México y sobre todo de parte del hombre hacia la mujer.

De pronto se le vino a la mente el encuentro de ayer con su profesor, le gusto que en su mirada no proyecto algo parecido a  las miradas lujuriosas de sus compañeros, que cuando no tiene otra opción va a nadar en horarios de mucha afluencia. Todos se la comen viva, por eso prefiere ir en esa hora en donde nunca va nadie. Le gusto esa mirada, después el trato caballeroso que siempre tiene, ayyy porque los jóvenes de ahora son tan palurdos, petulantes, sin querer otra vez comparaba con su novio Agustín, del cual le chocaba el tonito para hablar que tiene la clase alta del país, como se dice “fresa” o “cherry” y ciertos ademanes, ahora que en la calma de estos pensamientos lo analizaba. Tuvo un extraño sueño, en donde a la salida de la misa, en lugar de abrazar y besar a su bella esposa, Cosme Iván a quien se lo hacía era a ella. Despertó muy inquieta y sudada.

EL:

Cosme Iván fingiendo leer una revista cualquiera, al lado de la cama de la mujer, daba por terminada una breve charla de un tema del cual ya ni se acordaba. Su mujer había ya terminado  el ritual de belleza que se hacía todos los días y ya se disponía a dormir. Sin duda, conservaba muy buena figura y un rostro también muy conservado. Solo le llevaba unos cuantos años, lo único que si evidenciaba su edad, eran ciertas huellitas de piel naranja o celulitis en los cachetes de sus glúteos o de los muslos de mujer trabajada en el deporte disciplinado, pero que a la luz era difícil que alguien los notara. Qué bueno que ya se dormía, estaba muy inquieto, una plática con otros docentes, en donde guardo discreto silencio, concretándose solo a escuchar, más la breve charla con su hijo, le tenían azorado…se decía que había una red de chavas que se estaban dedicando a prostituir. Ciertamente que en las cuatro o cinco Universidades en las que ha trabajado en el país, siempre de carácter Privado y de muy buen nivel, se corría la leyenda urbana de que algunas y algunos se dedicaban al oficio más antiguo del mundo de una manera sutil, discreta y en donde corría mucho dinero, nunca, le habían parecido ciertas esas murmuraciones, de un círculo muy estrecho y en donde de manera curiosa, nadie de los jóvenes soltaba la sopa. Sin embargo, las revelaciones hechas el día de hoy, le parecían lógicas y de mucha veracidad.

De pronto, pensó en su ex asistente y actual próxima a egresar Lizbeth, ¿Será ella una de ellas? ¿Cómo será su vida sexual?…Juraría que ella es coherente con su proceder e ideología, la conocía muy bien y siempre se le hizo hasta partido para su hijo, pero se cabreaba al ser ella de mejor posición social y económica que ellos….él se sabía, que era un simple profesor con una vida más que digna, pero nunca en los niveles de la mayoría de sus pupilos. Sin saber porque empezó a comparar el juvenil, firme y erguido cuerpo de ella con el de su esposa, así como su nivel de conversación e intelecto. Tuvo un extraño sueño, en donde a la salida de la misa, en lugar de abrazar y besar a su bella esposa, Cosme Iván a quien se lo hacía era a ella. Despertó muy inquieto y sudado.

TERCER DÍA, MIERCOLES: La asesoría

El sexo no son más que emociones que desean ser transmitidas a la otra persona, con tanto cariño y tanto amor, que nos produce placer. Anónimo.

“La mercadotecnia lúdica, como bien recordarán…” De pronto a Cosme Iván se le fue el hilo conductor de su clase, y es que Lizbeth se había puesto una minifalda de mezclilla que en un movimiento imprevisto le hizo recordar el esplendor de esas largas y torneadas piernas, todas ellas en el conjunto de una mujer de pelo negro largo, cara de niña y curvas de hembra derecha y hecha. No era la primera, ni sería la última vez que le pasaba con ella u otra alumna, lo que sucedía es que ya había aprendido a disimular muy bien ese tipo de desliz…nadie se percató, solo Lizbeth que descubría y pillaba por primera vez al profe en esa mirada, orgullosa de vencer de alguna manera a ese maduro hombre con fama de no prestarse a nada, su innata feminidad se desbordo para sonreír también por primera vez de otro modo y aún más victoriosa se sintió cuando vio que él titubeaba.

Lizbeth estaba aplicando para una vacante muy importante en una gran empresa trasnacional de la ciudad, deseaba seguir radicando en Guadalajara. La última entrevista era con un Gerente que había mencionado de muy buen modo al profesor Cosme Iván, ya que lo conocía de otras circunstancias. Le pediría asesoría para tener éxito en ello.

Por su parte, Cosme Iván tenía que hablar con esa tremenda hembra que lo había pescado. Claro que se dio cuenta, pero supo manejarla y sobreponerse. Le estaban pidiendo una candidata confiable de una empresa a la cual había asesorado recientemente. Sin saberlo, dos personas de la misma empresa estaban lanzando sus redes y sin saber que ambas conducirían a una excelente futura profesionista, además muy hermosa, sobre todo joven, dispuesta a aprender y colaborar.

Al término de la clase, ambos se encontraron para solicitar hablar uno con el otro. Se rieron por la coincidencia de estarse buscando. Una vez en la pequeña oficina del maestro, se explicaron y concluyeron.

Lizbeth: Okey, entonces debo manejar con cuidado mi imagen moral en dicha empresa.

Cosme Iván: Ciertamente, en esa empresa hay muchos don juan, solteros, casados, divorciados y su filosofía de trabajo no favorece las relaciones entre el personal, aunque en su currículum oculto se da, pero ya depende de ti…la fama que te ganes, es como en la escuela, ya vez se dicen cada cosas (quería saber la conducta que pudiera tener en el presente, azuzado por sus pensamientos de ayer).

Lizbeth: (quien la capto de inmediato), ¿A qué te refieres Iván? Para lo cual cruzo sus piernas lentamente, buscando primeramente entrenar para ya su futuro manejo profesional para con los hombres, sabía que en una empresa, entraría a la jaula de las jaurías desbocadas. Había tenido muy buenos maestros que tocaban el tema y más sabiendo la cultura organizacional predominante en el medio, de acoso sexual y prebendas gracias a favores corporales, eso no estaba con la filosofía de esta importante Universidad de carácter jesuita.

Cosme Iván, con seguridad, no permitiría salir mal librado de esta de a poco escabrosa conversación: Pues a que pudieras ser de cascos ligeros, a tener falta de valores y meterte por ejemplo, con un casado.

Lizbeth: Ahhh…claro, además anunciare que ya estoy prometida y próxima a casarme en unos dos o tres años, yo sabré poner a raya a los incautos, ja no será diferente a mis compañeros…acuérdate que en una clase se platicó de eso…lanzándole ya una mirada de reto abierto, de coquetería innata como para asegurarle que ella tenía el control de todo.

Cosme Iván: ahhh, bien que te acuerdas de las clases, haber te acuerdas que debemos ser muy prácticos, para también con confianza poner una de sus manos abiertas en el muslo de su alumna y decirle: es una prueba…haber, si de pronto tu jefe te coloca la mano así, y te empieza a acariciar así, qué harías, con descaro y aplomo empezó a acariciar  ese piernón suave y firme al mismo tiempo.

Lizbeth, con ojos encendidos como carbón: Pues, le dejaría un rato, pero después…tomando con su mano, la mano del otro, decirle: Jefe, su mano no debe estar aquí, ya que no le doy motivos de nada, en este momento soy capaz de ir a Recursos Humanos,

De pronto, Cosme Iván forcejeo, como dando a entender que no haría caso…la alumna preferida con seguridad en sí misma, le indica con la mirada que hay cámaras grabando y que ella no va a permitir nada…

Sonriendo los dos, se dan la mano augurando que ella conseguirá el trabajo.

ELLA:

Temblando como una niña desprotegida en el baño de mujeres más cercano, odiaba y agradecía a su profesor la prueba sometida. Sabía que no estaba nada lejos de la realidad la posibilidad de que le sucedería algo así…si algo tenía su maestro era que es muy realista y si busca que sus grupos aprendan. Su temblor le llevo a poner su mano en todo el muslo en donde buen tiempo la estuvo acariciando como nunca en su vida lo había sentido. Sus rubores se le fueron a la cara, había hecho un gran esfuerzo por no denotar su nerviosismo, la catarsis que estaba sintiendo por esos candentes instantes de alguna manera eran gratificantes, ya que de suceder en la realidad, tendría que saberse manejar. Realmente sintió un placer profundo al ser acaricida por esa mano morena, a punto estuvo de emitir un gemido y cerrar los ojos. Sin pensarlo, se acariciaba tal y como él se lo había hecho su profesor y sentía un cosquilleo por todo su cuerpo, tal y como lo sintió momentos atrás.

EL:

Echándose agua en la cara para refrescarse, riendo nervioso al vérsela toda colorada,Cosme Iván sentía un leve temblor en sus manos. Nunca había  llegado a tanto en una prueba tan real con sus alumnas, siempre era muy cuidadoso de no tocar a las mujeres. Tuvo que reunir toda su experiencia y sapiencia para verse seguro y como si estuviera entrenando, cuando en realidad vio la oportunidad de tocar esos muslos de maravilla. Simplemente la sensación corporal que sintió y siente en la dureza y suavidad de esa piel, no se comparaba ya con la ya muy conocida de su mujer. Tuvo que realizar un acomodo en su asiento y no permitir que le vieran la entrepierna, ya que una erección fuerte se le había provocado en toda esta extraña asesoría con su alumna.

Sin pensarlo, se acariciaba tal y como ella se lo había permitido y sentía un cosquilleo por todo su cuerpo, tal y como lo sintió momentos atrás.

CUARTO DÍA: El desengaño

El amor es la respuesta, pero mientras usted le espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas. Woody Allen.

Cosme Iván perplejo le replicaba a su esposa: Pero entonces, ¿es un mes de tratamiento?

Janeth, realmente preocupada: Así es querido, yo sé que siempre tienes ganas, como yo, pero debemos esperar por el bien del tratamiento. Nunca pensé que ya estaría en la antesala de la menopausia. ¿quieres? ¿podemos intentar de otra forma? ¿Tienes ganas así? Colocando su manita graciosa en el instrumento viril de su hombre que de inmediato reacciono.

Cosme Iván, con la mejor cara posible: No es necesario, de requerirse te diría, jajaja. Me preocupa que estés bien de salud. Sé que es lo mejor.  Lo que me encabrita es que en una empresa importante me están pidiendo una candidata y están privilegiando la imagen corporal antes que la competencia. No entienden que no debe estar reñida. A pesar de que les envié una muy buena prospecto, no se están fijando en su desempeño, sino en su físico y me preocupa que en el futuro próximo estén más centrados en eso y no en su desarrollo pleno.

Ayyy querido, siempre tan preocupado por los demás, ya sabrá defenderse y desarrollarse tu alumna.

Lizbeth no podía creer lo que las evidencias contundentes de un video y unas fotografías le indicaban. Su despechada amiga había estado investigando. En esa misma Semana Santa, la pandilla de Agustín y Michel, una vez que las habían dejado después de la ceremonia religiosa de la noche del fuego nuevo, se habían ido a un antro en donde evidentemente estaban tomando y conviviendo con mujeres de la vida galante. No faltaba ser adivino, para suponer como habría terminado todo aquello. Las muestras de “cariño” entre los cinco amigotes y las vulgares mujeres no dejaban nada a la imaginación. Mayte había obtenido ese video de una forma vil, se había acostado con otros de los amigotes…simplemente su venganza era terrible, se había desenfrenado y antes de ir con el amigote, le platico que  se ligó al maduro entrenador de la selección de soccer de la escuela y vivió su segunda experiencia como debe ser, aprendió y reafirmo que el sexo bien hecho  era placer puro y no la fregadera que le hizo su exnovio. Lizbeth estaba impresionada con su amiga. Era muy hermosa y curvilínea, no le fue nada complicado ligarse al afamado exfutbolista profesional que ahora desempeña el cargo de entrenador, le calculaba unos 40 a 42 años. Había jugado con el Club Deportivo Toluca en los años 80 y ahora radicaba en Guadalajara en donde había terminado su carrera profesional con el Club Atlas (pero la historia de Mayte es otra historia por contar). Al amigote, del cual no quiso decir el nombre, ya que Lizbeth se llevaba con todos ellos, que son de Santiago y sus alrededores, le saco el video sin que supiera, ya que lo agarro desprevenido. Los vulgares y prosaicos hasta habían tenido el cinismo de filmarse y tomarse fotos.

Su entrevista fue un éxito. Obtuvo el puesto. Empezaría de a poco, para respetar su último semestre. Lo que le molestaba, es que la mayoría del personal masculino, incluyendo su futuro superior y sus compañeros no le ocultaron en nada sus miradas cargadas de deseo y lujuria. Ese pensamiento le llevo sin querer a la inefable comparación con su profesor que aunque a manera de prueba en su oficina jugo al seductor, no se asemejaba a esas claras señas de que estaría nadando entre tiburones. No le daba miedo, para eso se había preparado, pero todo se le junto para un malestar, un desengaño inquieto. Estaba desengañada de que todo fuera color de rosa en su noviazgo, era muy probable que su novio tuviera una actitud parecida a la de Michel y el otro amigote, del cual su amiga no le comento, solo que tampoco le hizo muy bien el sexo, nada comparado con el maduro ex profesional de soccer del cual prácticamente ya era su amante, sin saber que era el mismo Agustín ese amigote. El desengaño sería más brutal de haberlo sabido en este momento.

ELLA:

Casi sentía lo que Mayte le fue platicando con lujo de detalles. Su segunda experiencia había sido en los vestidores de las mismas instalaciones deportivas de la Universidad. El morbo, el peligro de ser descubiertos, la diferencia de edades, la descripción tan minuciosa que le hizo, le despertó la curiosidad y su libido dormida. El entrenador era  desgarbado, flaco  y alto, de piel blanca, ya casi sin pelo, había jugado de defensa central. En algunas ocasiones vistió la casaca de la Selección Nacional. En Guadalajara, aparte del tequila, los temas sexuales, el otro tema favorito es el futbol. Era muy conocido en el medio. No se imaginaba a ese maduro flaco con el juvenil cuerpo de su amiga. ¿Quién sería el otro amigote?. Quitando a Agustín, solo quedaban tres opciones. No se imaginaba a ninguno con su amiga. Su amiga le platico que con el DT había llegado a tener dos orgasmos en su primer encuentro, se los describió con lujo de pormenores y que con el amigo, simplemente no sintió gran cosa, ¿Por qué? Ella con su novio si se había llegado a encender, ella nunca se había masturbado, aunque sabía cómo se podía hacer, sin proponérselo y pensando en todo esto, empezó ella misma a hacerlo, de a poco a poco se fue encendiendo, sus dedos eran más rápidos y entraban a mayor profundidad en su rajada tierna y que no conocía invasor alguno todavía. Llego a un nivel  en donde empezó a pensar en la caricia sobre su muslo de su profesor, en el cuerpo de este, en el abrazo que le dio a la esposa y sin saber porque se imaginó que era él quien le introducía esos dedos, un largo ayyyyyyyyyyy, antecedió a un casi orgasmo, por lo cual asustada paro en seco para irse a dar un baño de agua fría.

EL:

Trotaba en un parque cercano a su casa, pero le incomodaba que le llegaran pensamientos de las jóvenes mencionadas como escorts de lujo, ya que le dieron nombres y las conocía, estaba impactado, nunca hubiera pensado, le llamaba poderosamente la atención lo bien que fingían y lo discretos que eran los estudiantes con este tema. Estaba inquieto, le habían comentado que se sabía o se sospechaba de otras, ¿será que Lizbeth fuera una de ellas?.

También le incomodaba la plática que tuvo con el personal de la empresa que le solicito una candidata. ¿Cómo era posible que le mencionarán que estaban entusiasmados con Lizbeth, por su físico y no por sus competencias?…Carambas, al paso de los años, las empresas siguen sin cambiar, de hecho consideraba que estaban peor que antes, ya no había formalidad, la palabra no servía de nada, aún a veces con documentos formales por escrito, los jóvenes actuales son demasiado irresponsables. Él era mucho mayor que esos ejecutivos de esta empresa, desaprobaba su visión de trabajo. Una cosa es recrearse la vista con esos cromos humanos, tener hasta malos pensamientos, y otra privilegiar en un trabajo solo la imagen, lo de fuera y no buscar un pleno ejercicio de la profesión, realmente le molestaba ese tipo de conductas, tal vez por eso nunca encontró acomodo alguno en sus trabajos fuera de la docencia, en este trabajo se sentía a plenitud ya que se manejaba en un plano del “deber ser” y no de esta tonta realidad de tomas de decisiones equivocadas. Fiel reflejo de hasta lo que está pasando con la Selección de México de futbol soccer a punto de quedar fuera del mundial, los de arriba deciden muy mal, sin análisis solo pensando en sus beneficios económicos y engañar y manipular a las tontas masas. Dejando jugadores sin pasión por su oficio, pero que “venden” por estar en equipos mediáticos del país o en el extranjero. Esa molestia que sentía, no acallaba la palpitación de su miembro viril, sus pensamientos eran duales: por un lado intelectualizaba todo esto, pero por el otro no dejaba de visualizar la imagen de la suculenta Lizbeth y de la caricia que le dio a su muslo. Tenía que bajar de vez en vez el trote, para acomodarse el short y que no fuera evidente para otros su inminente erección y hacer un esfuerzo grande para mitigar su fuerza. Sin mayor remedio se tuvo que sentar en una banca y de plano acostarse en el jardín, ya que su pene estaba por completo erecto. Llego a un nivel  en donde empezó a pensar en la caricia sobre el muslo de su consentida pupila, en el cuerpo de esta, en el abrazo que le dio a su esposa (que fue lo último de contacto físico con ella, por lo de su tratamiento) y sin saber porque se imaginó que era a la juvenil futura profesionista a quien le abrazaba, de solo sentirlo, su virilidad hasta brincaba,  por lo cual asombrado de su inusual fuerza, descanso a tranquilizarse, se paro en seco para irse a su casa a darse un baño de agua fría.

QUINTO DÍA: El enojo

El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza. Marilyn Monroe.

El viernes se iniciaban los magnos festejos de Aniversario de la afamada Institución. Era un año importante. Se daría un concierto de música mexicana clásica con el afamado tenor Fernando de la Mora en el no menos reconocido a nivel mundial, Teatro Degollado.

El Teatro Degollado es   un edificio de mediados del siglo XIX, ubicado en la ciudad mexicana de Guadalajara. El inmueble es escenario habitual de recitales, conciertos, espectáculos de danza clásica y contemporánea. Asimismo es la sede de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, que acompañaría en esta ocasión a de la Mora.

Fernando de la Mora, es un tenor mexicano que nació en León, Guanajuato en el año de 1958. Es muy reconocido a nivel mundial. Gracias a la calidad de su voz, presencia escénica y carisma, el talentoso cantante mexicano ha sido calificado por los críticos como uno de los mejores tenores del mundo. Su repertorio incluye canciones mexicanas como boleros, románticas e incluso clásicas antiguas del país.

A tal efecto y como durarían varios días las festividades, atravesándose unos días de asueto más por uno de los tantos “puentes” que el país tiene (días de descanso obligatorios por Ley o por la Secretaría de Educación), Agustín estaba de visita en Guadalajara.

Lizbeth acompañada de su flamante prometido que incluso vestía de smoking, dado que era una función de gala, lucía imponente con un entallado vestido color bugambilia mexicano que resaltaba todas sus curvas, el escote por supuesto que era generoso, sus zapatillas le resaltaban aún más ese nalgatorio que se cargaba. Su pelo largo y negro contrastaba con el color del vestido, que llevaba entrepierna, por lo cual al caminar o sentarse dejaba ver buena parte de sus exquisitas piernas.

A lo lejos vio a su profesor Cosme Iván sentado solo, sin su esposa. También lucía impecable en su traje de gala.

Una vez sentados, sintió algo que le molestaba en la parte lateral de su pierna, al acorde de la primera canción del tenor, su éxito “Amor del Alma” del compositor Juan Gabriel, de la Mora entraba con todo para de inmediato prender al abarrotado foro que lo recibió con una carretada de cálidos aplausos. Su novio erguido fingía poner atención, ya que en realidad estaba en sus propios pensamientos. Alguien grito: “Bravooo…”

“Es más fácil esperar que tú me quieras,

a que esperes que algún día yo te vea…

Yo daría toda mi vida por mirarte,

y mi muerte por que un día me quisieras…”

Volvía a sentir que algo le molestaba, volteo para ver como en cámara lenta, a su profesor moviendo la cabeza de un lado a otro, al evidentemente estar leyendo algo en su celular. La molestia en la pierna le recordó la caricia en su muslo. Se tocó y vio que era el lujoso celular de su novio que incluso vibraba recibiendo un mensaje. Al ver que se trataba del número de su amiga Mayte, se sorprendió, con una puñalada de celos que le abordo su corazón, curiosa leyó: “Es la última vez que te contesto, no quiero saber ya nada de ti, fui una estúpida por lo de la otra vez, pero entiéndelo, nunca volverá a pasar, nunca más”.

Su primera reacción fue de susto, pero de inmediato el enojo hizo presa de su juvenil corazón. Las palabras y la maravillosa música no hicieron más que enervar su emocionalidad, a punto estuvo de reclamarle a su novio, pero su intelecto ganó, prefiriendo esperar un momento más oportuno. Lo único que evidenciaba su malestar profundo era el temblor repentino de su cuerpo.

“Tú puedes ser la luz de mi camino,

prometo estar contigo hasta que mueras,

simplemente solo dame una esperanza,

que yo sin verte te daré mi vida entera…”

Su novio volteo, le sonrió, no sintió cuando ella le puso su celular en su bolsillo. Otra vez su mirada viro para encontrarse con la de su profesor, supo que estaba muy molesto, lo conocía muy bien. Sintió cuando Agustín la rodeo con sus brazos. Su malestar iba en descarado aumento. Vio que su profesor caminando apresurado, levanto miradas de desaprobación, cuando se puso de pie de improvisto y salir muy rápido de la sección en donde estaba sentado.

“Amor del alma en el silencio de mi obscuridad te veo,

que eres linda, que eres buena, que eres santa,

por qué es simplemente lo que yo deseo…”

Amor del alma, que me importa si jamás he de mirarte,

si es más fácil esperar que tú me quieras…

que yo sin verte te daré mi vida entera,

que yo sin verte te daré…

Como si le hubieran dado una instrucción en su clase, ella en automático y sin pensárselo mucho, también se paró, no soportaba en ese momento que su novio le sonriera, la abrazara, solo le susurro, que tenía que ir al baño, una urgencia de mujeres que de improvisto tenía que atender.

“Amor del alma… amor del alma…

amor del alma… amor del alma…

amor del alma… amor del alma…

amor del alma… amor del alma…”

Cosme Iván había tenido que asistir solo, ya que su esposa por su condición de salud actual no podría ir, sus hijos ya eran grandes y no solían acompañarlo. Estaba muy molesto con su hijo mayor ya que le confeso que se estaba acostando con una de las llamadas escorts de lujo de la Universidad. Él no deseaba por ningún motivo dar pie en su trabajo a murmuraciones. Su primogénito le aseguro que nadie sabía de ello, ya que ella lo hacía de buena onda y sin que nadie se enterara, él se estaba cuidando y solo era parte de su formación como hombre. Lo que le molestaba era la ligereza con su vástago trataba el tema, no era cuestión de cuidarse nada más, eran mucho más cosas implícitas. A su regreso tendría que hablar con mayor seriedad con él. Lo que acabo de rematar su enojo, es que le estaban interrumpiendo su concentración para el concierto, era de su música preferida. Al voltear para ver a Lizbeth, a la cual ya se había comido con los ojos a su llegada, su mirada y su arreglo, no le hizo más que encender su libido que no había podido desahogar en ya casi una semana, no estaba acostumbrado a este tipo de ayuno, es un marido muy gozoso, cumplidor y constante en el terreno de las lides de la cama. La gota que derramo el vaso, cuando en su celular recibe un mensaje de su amigo de la empresa a la cual ingresará esa bella alumna, en la cual lo felicita por el monumento de mujer que les envió…nunca mencionando su competitividad. Fue demasiado para su forma de ser, por lo cual necesita estar de pie, despejarse. Ya escucharía y disfrutaría del concierto de pie a un lado, en el pasillo, sería mejor así…decidido se paró y se dirigió para allá, descubriendo que también se sentía molesto, porque no se había percatado de que tenía ganas de ir al baño.

De inmediato, Fernando de la Mora, se lanzó a cantar Guadalajara, con lo cual ya los gritos y vítores, a pesar de ser la segunda canción, auguraban un apoteósico concierto. “Guadalajara, Guadalajara…”

Cosme Iván detuvo un poco su andar hacia el baño, el éxtasis del momento, al ver a todo el público ya de pie, lanzando sobreros, gritando y cantando junto con el tenor, con gusto y olvidando ya su molestia, el también corear la canción de pie en el pasillo. Al finalizar iría al baño.

Por su parte, Lizbeth también emocionada, al fin joven, olvidando ya el desliz del novio y ya casi dando paso a dos decisiones que se estaban formando en su ser, se detuvo en una de la entradas y también corear la canción.

Una vez que termino esta, se dirigió hacia el baño, maldiciendo por dentro, el hecho de que el de mujeres estuviera clausurado con una señalización…se asomó y pregunto en voz alta, pero la voz de otra mujer diciéndole que una persona se había vomitado adentro. Tendría que caminar mucho hacia el otro extremo, por lo cual viendo que nadie venía y suponiendo que nadie vendría al estar todos en el concierto, se metió al de hombres. Con claridad, aunque lejana se escucharon las primeras palabras de la siguiente canción:

“Un suspiro, una mirada

Dos manos que enlazadas están

Una pregunta enamorada

Los labios solamente amor dirán…”

Se metió al reducido retrete, haciéndosele extraño que fuera tan pequeño, se tenía que sentar para hacer su necesidad fisiológica.

Por su parte Cosme Iván que suele caminar de manera sigilosa, entro al baño sin saber que su alumna Lizbeth también se encontraba en el mismo lugar. Se fue al lugar indicado para orinar y procedió, la canción que le llegaba, le alegro que hasta empezó a tararear junto a de la Mora:

“Y en una fiebre de loca pasión

Un beso ardiente, mi boca sintió

Besos robados, besos de amor…”

Lizbeth, que no escuchaba eso, se salió de repentino al terminar, asustando al desprevenido y cantador Cosme Iván que con el pito en la mano se viro, asustando a la otra que ahogo un grito al verle su “cosa”…los dos no supieron que hacer, solo que cuando oyeron unas voces masculinas que se aproximaban, fue él quien reacciono yéndose hacia el retrete y empujar suavemente a ella para meterse los dos al minúsculo sitio. A ambos les llegaron las siguientes estrofas:

“Bésame con un beso robado

Porque son los que saben mejor

Bésame que al besarme me has dejado

Un perfume de nardos

Y un romance de amor…”

Estaban casi pegados uno al otro, con esfuerzo Iván se acomodó su pene, no sin dejar de notar que los ojos de Lizbeth no perdieron de vista por ningún momento la maniobra. Las voces no las identifico él, pero si ella, era su novio con el exnovio de su amiga Mayte…se estaban poniendo de acuerdo los descarados para irse de farra, vino y mujeres.

Cosme Iván estaba casi empalmándose, por más que no quería, el tener tan cerca ese generoso escote, las piernas casi pegadas, la respiración agitada de ambos, para que no se pudieran ver los pies de ella por si acaso, tuvieron que girarse en el mini sitio, para lo cual quedaron ya casi abrazados, estando casi a nada de caerse, por lo que ella se apoyó en él y él la tomo de su esbelta cintura…la canción seguía:

“Bésame cuando muera la tarde

Bésame si me juras amor

Otras voces entraban, esto se estaba poniendo candente, los dos estaban uno frente al otro, su respiración se agitaba aún más, los labios entreabiertos…

Bésame que tus besos

Me han hecho que se agite

Mi pecho con locura y amor…”

Las siguientes estrofas se repetían, ellos se veían a los ojos muy de cerca, como nuca habían estado de esa forma, sin saber, ni ella o él, quién fue el primero, tal vez al mismo tiempo, se fundieron en un beso sabroso que duro hasta que en el máximo esplendor de la privilegiada, entrenada e imponente voz de Fernando de la Mora terminara:

“brotara en mi pecho un incendio de amooooooor…”

Un raudal de aplausos ensordecedores hizo que reaccionaran, habían cerrado los ojos, ya que el beso fue profundo, bien dado, intenso tal cual sus personalidades, sin necesidad de palabras, sus ojos maravillados por el claro gozo que recibieron se disculparon.

Disculpa Liz…es que….Shsss Profesor Iván, nada paso, nos ganó el momento.

Ya no escucharon a nadie, por lo cual él salió apresurado: Mañana nos vemos, gracias por entender esto…

Una sonrisa nerviosa de ella: Claro, claro, descuida…Ella se fue hacia el lavabo a retocarse y salir discretamente para con su novio al concierto.

ELLA:

Pensaba que fue mejor no haber reclamado nada, ni a su amiga, de hecho la entendía y la justificaba. Simplemente, rompería con Agustín, se daba cuenta muy a tiempo que no sería feliz con él. Incluso de eso daba gracias a Mayte. Se trataba de otro chavo inmaduro, estúpido y tonto. Mejor para ella. Así se concentraría en su inminente trabajo, en el proyecto que a la voz de ya tendría que presentar. En este tipo de organizaciones, desde un inicio te encargan ya trabajos. Ya había agendado el día de mañana con Cosme Iván para que le ayudara en ese tema. Ya tenía un gran avance, no era nada del otro mundo.

Lo que paso en el teatro, no hizo más que  avivar su decisión de romper con el novio. Por la tarde noche cuando se verían lo haría. Por otro lado, simplemente, nunca sintió lo que experimento en esos breves momentos, así que decidida, mañana se lanzaría a conquistarlo, ya había decidido en toda esta larga semana que su proceso de formación como mujer tendría que ser de otra manera, que mejor manera que con alguien que seguramente lo sabría hacer. Ya estaba decidida. Su manera de pensar, se lo indicaba. Solo le frenaba, pensar que él la rechazaría. Bueno no tenía nada que perder y mucho que ganar. Vería si se equivocaba, y él también se lanzaba, su aplomo estaría en jaque, de alguna manera, seguía aprendiendo.

EL:

Estaba ya más tranquilo, su hijo  estaba manejando muy bien su relación de “amigo con derechos”…canijo, de alguna manera estaba logrando lo que el no pudo hacer cuando era joven…andarse comiendo a una compañera de mejor clase social y económica y que mujer, la susodicha hacia honor a la mujer tapatía…de imaginarse a su hijo, se agitaba y más con lo que paso en el teatro…su adrenalina se volvió a poner a mil. De plano, estaba decidido a pasar hacia un umbral que nunca pensó tener en su vida profesional, involucrarse con una alumna. Mañana, se lanzaría con todo a liarse con Lizbeth, se preciaba de juzgar muy bien. En caso de equivocarse con ella, no perdería nada y si ganaría mucho. Estaba seguro, que ella intentaría también algo, vería como se daría todo. También estaba seguro que de equivocarse, no pasaría a mayores con ella. El desojar esas posibles alternativas lo enervaba, no durmió bien.

SEXTO DÍA: La Lucha

No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento.José Ortega y Gasset.

Después de veinte minutos de trabajo intenso y concentrado de dos almas sabedoras de su disciplina, el proyecto ya estaba. La Universidad lucia sola, las festividades se desarrollaban en los campos deportivos, por lo que el silencio se podía cortar con una espada.

Él estaba como el día domingo, de polo y bermuda. Ella muy parecido, solo que su bermuda era corta y ajustada y su polo le reventaba esplendorosamente sus senos.

Ni ella, ni él, daban el primer paso de lo que sus mentes no dejaban evidenciar el uno para el otro.

Parecía que todo quedaría en sus mentes, no atinaban a dar un paso que mostrara sus oscuros propósitos. Sin embargo, el sonido que a lo lejos llego de una música pegajosa y muy bailable, seguramente una de las empleadas de intendencia haciendo el aseo, que escuchaba música, hizo que la suerte fuera VIVA y EFICAZ.

Se trataba de la celebré canción del venezolano Simón Díaz:

“Caballo le dan sabana porque está viejo y cansao

pero no se dan ni cuenta que un corazón amarrao

cuando le sueltan las riendas

es caballo desbocao

Y si una potra alazana caballo viejo se encuentra

el pecho se le desgarra y no le hace caso a falseta

y no le obedece al freno ni lo paran falsas riendas”

Al escuchar, los dos se sonrojaron al máximo, se volvieron torpes, ya estaban por salir, en su nerviosismo tiraron papeles, al agacharse sus cabezas chocaron levemente, él presto acaricio suavemente la hermosa cabellera de ella. Con solo ese hecho, los dos al levantarse quedaron frente a frente, su mirada se dijo todo, no fue necesario charlar, simplemente se fundieron en un abrazo y en un beso con todo, un faje ya en toda la extensión de la palabra. No se trataba de algo forzado, no hay chantajes de por medio, ni circunstancias de que no quiero y luego si quiero, no sabía y me gusto, de un hecho fortuito que se sale de control, de una situación en donde un enervante, el alcohol o una droga contribuye, o de  que me atraes porque eres feo, bello, violento, distinto o que será, no….aquí los dos fueron germinando su deseo y atracción de poco a poco, su emocionalidad e intelecto les fue preparando para este desenlace, solo un hombre y mujer que se desean, se gustan y se encuentran.

No supieron si fue ella o fue él o quizás al mismo tiempo, pero ella empezó a acariciar con todo la fuerte espalda de él. Él empezó a acariciar a ella, llegando incluso a su nalgatorio. Lo aprisiono, lo estrujo, lo amaso, lo palpo. Ella se dejó hacer e incluso también tocaba a ese hombre de todo a todo. El fundimiento duro hasta que la música ya era muy perceptible afuera de la oficina.

Esa música y ese abrazo era MÁS CORTANTE QUE TODA ESPADA DE DOS FILOS. Jadeando ambos se separaron, él decidido y ya en su postura de mayor edad: Lizbeth, quiero hacerte el amor….ella, decidida: siiiiii, pero aquiiiií nooooo…no estaban para andarse con rodeos.

Iván: ¿traes carro?

Lizbeth: Si, un Susuki guinda…

Iván: Bueno, sígueme de favor. Yo tengo un Cross Fox gris. Tengo un pequeño departamento amueblado que deje de rentar y que ya está listo para ser nuevamente ocupado. Por el momento está libre, ¿vienes?, ¿estás segura? Porque yo te deseo con todo el alma.

Lizbeth: Siiii, Iván, nunca he estado más segura que de esto.

Conduciendo ambos, siguiéndolo ella a él, cual chiquilla descocada, temblando ligeramente, pero plenamente consciente de que esto que haría estaría bien. Su novio la había decepcionado, se consideraba mucho más madura que la gente de su edad y estaba ya dispuesta a dar el paso a lograr su primera vez. Toda la semana, los acontecimientos que le toco vivir, le hacían reafirmar su decisión. Sentía húmeda su intimidad. Contrastaba el cuerpo de su profesor con el de su papá, incluso era mayor a su progenitor por un año, pero no lo parecía así. Nunca había visto un cuerpo casi desnudo de un hombre hecho y derecho y no el artificioso de sus jóvenes compañeros. No por ello dejaba de temblar, de manera discreta manejaba siguiendo a su tutor académico y futuro primer hombre.

Él por su parte, también temblaba ligeramente, sus pensamientos se cruzaban. Deseaba hacer un buen rol de enseñante, pero dudaba, pues pensaba que ella ya era experta en esas lides. Se relamía de gusto, así como una tremenda adrenalina le recorría el cuerpo, al saberse a solas con esa monumental joven mujer. Su imagen en bikini, en el traje de gala entallado, la caricia en el muslo, el beso robado en el Teatro Degollado…no hacían más que avivar su morbo, su erección era fuerte, al grado de hasta dolerle. Iría a por todas, sería un amante excepcional. No por todo ello dejaba de temblar, de manera discreta manejaba para que ella lo siguiera, su futura primera infidelidad en regla.

Una vez que llegaron sin mediar palabra de por medio en todo el trayecto hacia el apartamento, ya que no eran necesarias, se volvieron a fundir en un abrazo largo incluyendo besos profundos e intensos. Sabían a lo que estaban, de poco a poco se fueron quitando una a una sus prendas, sin preocuparse en donde quedaban. Un reguero de ropa se daba en el pequeño apartamento. Primero ella le quito el polo y él a su vez a ella, no sin dejar de besarse como locos  desaforados. Estando así, ella procedió a desabrochar la bermuda de su mentor y este a quitarle con cierta gracia y habilidad la pequeña prenda de mezclilla. Sus zapatos salieron volando. Solo se quedaron en sus vestimentas menos visibles a los ojos de los demás.

Se llegaron a una pequeña recamara, la cama si era matrimonial. Ya solo les restaban sus prendas íntimas. Acostados siguieron con el pleno agasajo, ninguna palabra había salido de sus bocas, solo gemidos callados, como con timidez, las manos de ambos no alcanzaban para cubrir la piel del otro. Se estaban recorriendo con calma, con rapidez, con furia, con suavidad, intercambiando y cual si fuera una pieza de vals cadencioso, ponerse de acuerdo tácitamente en la nueva caricia, en el nuevo recorrido, descubriéndose uno al otro. Esto era plena conciencia, plena entrega, nada de casualidades, todo bien planeado y ejecutado.

Iván despojo del brasier a su joven amada de una manera que le resulto hasta gratificante. Lizbeth empezó a gemir ya con mayor intensidad al recibir los chupetones de su maduro amante, él no dejo ningún milímetro de piel por recorrer, con calma, sapiencia y paciencia fue besando, acariciando desde la cintura hacia arriba, poniendo especial énfasis en las aureolas virginales de esos senos duros, perfectos, ella solo gemía y le masajeaba con descaro y sin tapujo alguno la fuerte espalda y los viriles hombros. La comida de senos que se estaba dando el maduro profesor era de antología. Ella se dejaba hacer dócil, tierna, recatada a la vez, al fin joven inexperta y provinciana.

Él la supo guiar hasta ver coronados en fuertes espigas hacia el cielo las corolas de los pezones juveniles. Ella ya giraba su larga caballera negra que como cascada brotaba de esa angelical carita de un lado a otro, fuertemente apretando los hombros y la cabellera negra de él.

Ahora, Iván fue descendiendo de a poco por ese esbelto y trabajado estomago para llegar al ombligo en donde volvió a aplicarse a fondo  con delicadeza y ternura que acabaron por convencer a Lizbeth, proceder a desamarrar los pequeños moñitos de los lados de su minúscula prenda íntima y cual si fuera un bárbaro invadir su más preciado tesoro. La estaba calentando con todo. A ese momento ya Lizbeth se retorcía como pez fuera del agua y sus gemidos ya eran de mujer gozosa en plena faena. Ahhhhhhhhhhhh, Ivaannnnnnaa, riiiiiicoooooooooooo, noooooooo saaabiiaiaaaaa……ahhhhhhhhhhhh, huuummmmmmmm, huuuummmmm, ayyyyyyyyyy, riiriiicoocooo, siiiiiiiiii, maasssssssssss, siiiiaisiiiiiiiiiiiiiiisiiiiiiiiiiiiii

Ahora los labios y lengua eran las principales armas invasoras de ese bárbaro que llega a la cima más alta de toda hembra, sus lengüetazos, besos, mordiscos, acciones y tareas que ejecutaba con diestra maestría evidenciaban los años de experiencia en estos menesteres. Estaba dictando su mejor catedra. Su obra maestra se estaba conformando: enseñar a una mujer a gozar como dios manda.

El tiempo, ah ese preciado recurso, del que  sabemos tiene un principio y un fin, fue largo, corto, eterno, sin final, rápido, corto, el silencio se podía raspar con la famosa espada de la cual el sacerdote hablaba apenas el domingo pasado. Así el hombre se recorrió las piernas, desde arriba, pasando por esos muslos firmes, suaves, duros, increíbles hasta llegar a las pantorillas y los pies exquisitamente cuidados de esa virginal joven.

Cuando Iván, sabedor de que sus notas estaban dando en el punto exacto, con calma empezó a bajar su trusa, viéndose sorprendido cuando Lizbeth felina, coqueta, retadora y con una chispa de animal endemoniado y lujurioso en los ojos y una sonrisa que hubiera puesto a temblar a cualquiera se acercó y fue ella la que de manera lenta, pero firme y segura le bajo la masculina ropa. Ya una vez Liz le había empezado a hacer una felación a su aún novio, pero el lugar en donde estaban, que era la casa de él, con los padres presentes no permitió que la acción prosperará del todo. De hecho los penes eran muy similares, incluso el de su novio era un poco más largo, pero el de su ya inminente primer hombre más grueso. Le bajo la trusa, le empezó a menear con la manita el duro garrote e incluso poniéndose a tono con la primicia, musitar con voz ronca y sensual a más no poder: queee ricccacaaa ññooongaaaa, seríaaa la enviididaa de másss de unnaaa alumnnaaa

Lizbeth sabía muy bien que su profesor Iván era un tipo ególatra, al cual le gustaba que le enervaran la estima…al ver su reacción no verbal, continuo con su ahora calentamiento hacia ese hombre que podría ser su padre: Sabes que tienes tu pegue…que cualquiera daría lo que fuera por estar aquí….con este “amiguito” en sus manos. Ella estaba poniendo en práctica el poder de su cuerpo y de su mente que son competencias que le serían útiles en su futura vida. En estos días, ratifico eso que tenía latente en su cerebro. Ahora ella era la dominadora, el trabajo manual que hacía, estaba haciendo retorcer al otro, para ello se rozaba con sus senos en el pecho y cara de él, que no alcanzaba a contestar nada.

Ella se acomodó arrodillada para ya pasar sus senos en medio del miembro y fue la inercia lógica la que le llevo a poner sus divinos y naturales rojos labios en el chipote masculino. A lo lejos de escuchaba música de mariachis, conjunto típico de la Perla Tapatía. Shusgg, glupp, glupp glupppp, pero más que nada la mirada de ella mirando hacia la de él que viraba de un lado a otro por el placer que esta endiablada chiquilla le estaba haciendo.

En este punto, Iván no dudaba de que esta hembra era experta en estas latitudes. Su cerebro atinaba a razonar que quizás era una de las mentadas acompañantes de lujo, de una de las llamadas “putas de lujo”…ese solo chispazo de pensamiento le enervo aún más la fuerza de su virilidad, le dolían los cojones. Solo atino a acariciar y meter sus manos en la cabellera reluciente, brillante y negra de ella y musitar con gutural voz:  Liizzzzbethhhh, riiiiccooooo, hummmm, asiiiii, chiiquiiiitttaaa, no sabeesss cuanttasss veceessss pennnnseee en estoooooo…hummmmmm.

Lizbeth por primera vez, pero como si fuera una experta amazona sobre su brioso corcel realizaba el acto de poner aún a punto esa daga, esa espada que la atravesaría por primera vez para hacerla al fin mujer.

Él ya estaba a punto, su alumna resultaba ser una diestra jinete, por lo que suavemente le indicio, le suplico parara y se acomodara sobre de él para con un beso demostrarle que ya serían  uno para el otro sin tapujos, ni falsas posturas, compartiendo sus cuerpos, sus salivas y jugos.

Ahora, él podía palpar a plenitud el glorioso nalgatorio e incluso introducir sus dedos en la vaina. A pesar de ser virgen, esto no se apreciaba ya que al ser una deportista consumada, su himen lo mantenía muy flexible, además al estar por completo humedecida y exhumando su sabia facilitaba la labor de iniciación de su querido Cosme Iván.

El tiempo sin fin transcurría, ahora los gemidos de ella ya indicaban el punto fino en que una mujer sin pedirlo, necesita ser ya penetrada, ya empalada, ya fundirse en un solo cuerpo con el del hombre que sepa conquistar esa montaña, esa cima más alta del mundo.

Girando cual si estuvieran en una desierta y sórdida playa, en la típica posición de misionero, él procedió a pasar su acuoso estilete por la vagina sudorosa que buscaba cual aspiradora succionar ya de una buena vez dicho artefacto humano, no sin musitar con un tanto de miedo y temor: Despaaaaccciiitootoo Iváaannnnn.

La espada humana de Iván acometió su más preciada meta. Inicio su suave vaivén para empezar, disciplinado en lo académico y caballero en todo, obedecer de hacerlo despacio. Ella no aprecio el rostro de sorpresa y de maravilla, un rostro que de retratarlo hubiera reflejado de una manera fiel, fidedigna la mayor felicidad del mundo. Lizbeth era virgen…el mejor regalo que jamás hubiera recibido de estudiante alguna.

La joven pupila estaba a la altura, al ser preparada de la mejor manera posible, con un consciente consentimiento, no experimento más que un ligero dolor al principio y solo pequeñas gotas del líquido rojo fueron los signos de su ya pérdida virginidad. Ahora la espada humana penetra hasta PARTIR EL ALMA Y EL ESPÍRITU, las coyunturas y los tuétanos, Y DISCIERNE los pensamientos y las intenciones del corazón. Las palabras del sermón  dominical sin saberlo ambos les llego a cada una de sus afiebradas mentes. Eso  solo lo sabrían hasta compartir sus sentimientos, después de la tempestad de esta fragorosa lucha.

Ahora el gemía sin recato, ella sin pudor, él con fuerza, ella con intensidad, él con felicidad, ella con gratitud, él entusiasmado, ella optimista, él arremetía en su mete y saca, ella en el recibir y en el dar.

Lizbeth: Hummmmmmm, ayyyyyyyyyyyyyyyy, ahhhhhhhhhhhhhhhhhh Dioossss estooooo esss riqiiiiiisiiimmmmooo , Ivaannnn queriiiiidodoododo, asiiiiiii looooo queeerriiiaiaia,,,, grrararaccciaassss pappappiiittototooo chuuuuullooooooo

Ivan: chiiiquiiiiitttattaa, chiquuiiillallaa miiaaaa,, errressss miiaaaaaaa, ereresss una dioooooosaaaaaa, unaaaa diosssaaaa

La buena copula entre hombre y mujer es como una espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu porque logra unir con el cosmos ofreciendo uno de los mayores placeres mundanos, y discierne los pensamientos e intenciones del corazón porque logra conciliar al hombre y a la mujer de manera pragmática. Toda buena relación se fundamente en ese balance de mente y ser, el buen sexo es la mejor ARMA que tenemos para lograrlo.

La inercia de la salvaje copula, hizo que ella abriera aún más sus poderosas piernas y rodeara con ellas a su hombre. Con lo cual él tiene una mayor profundidad de logro, por ello mismo estando en esa postura ahora él para tener mayor presencia inclino las piernas de ella y tener así un mejor agarre, para posteriormente pasar sus piernas en sus hombros entrando más de lleno a ese acoplamiento.

Lizbeth: pappapapiiiii,,,enseññaaaammmmeee tooooodoooooo, hazzzzz lo qquuee quiearttasssss connnnmiiigooooo, perrorooooo quuue nooooo acacccnabbeeeee estoooooooo, Dioosssssss queuue riiicocooooo.

Iván: siiiiii miiii reuyyyynnaaaa saannttttaaaaa, ufffffff, hummmm

Demostrando su gran acoplamiento, él se bajó las piernas de sus hombros y sin sacar su pene y dejarla de penetrar y la otra también de estarse comiendo su garrote, se viraron para que ella fuera la que llevará el control.

Lizbeth inicio un frenético movimiento con su pelvis y cintura pasando de una rapidez a una lentitud como si se dominará de toda la vida la tarea asignada. Definitivamente estaba exentado la materia y con honores.

Ayyyyyyyyyyyyyyy, hummmmmm, asiiiiiiii,, ricoococococo, Ivaananannnn eressss un  suuueeñññooooo, asiiiiiiiii, ayyyyyyyyyyyyyyy, hummmmmmmmmmmmmm, ayyyyyyyy

Iván se recostó para poder besar y amasar esos sudorosos y bamboleantes senos….llevaban ya buen rato cogiendo como desatados.

Lizbeth por un momento paro para acomodarse los cabellos de la frente que ya todos mojados le escurrían su sudor en sus ojos.

Iván aprovecho para que con ese mudo lenguaje que ya dominaban entre los dos, destrabarla con lo cual un sonido extraño se escuchó, dando a la risa de los dos.

Ahora la acomodo de rodillas para que parara esas suculentas nalgotas. Enfilo su envarada, totalmente mojada espada y volverla a partir ahora desde atrás en la clásica postura de “perrito”. La penetración que ambos se hacían ciertamente era una espada que los estaba atravesando de cabo a rabo, sin dejar huella, ni macula alguna. A priori, ellos ya sabían que esto pasaría, que bueno que no se habían equivocado en sus elucubraciones.

Ahora el sonido fuertísimo que se escuchaba en el mete y saca era de antología incluso combinándose con el famoso “Son de la Negra” que otro conjunto de mariachi tocaba ya más cerca. Pareciera que los dos bailaban al compás de tan afamada y distinguida pieza mexicana—Pappapap. Papappaa, papapa, papapappa, papapapa, como si fueran las guitarras y percusiones…galalaapp, galapapa,, glapapa.,, glaapap, galalalao, como si fueran las trompetas y los gemidos de ambos como si fueran las voces de los maricachis….se acerca el culmen de esta verdadera primera vez de ambos….para ella auténticamente la primera, para él, en el sentido de hacerlo fuera de su lecho nupcial y con una joven y sobre todo con su alumna…..paappappa,,glllalaaaoooo, galallaoaoa…..ambos llegaron a un fuerte orgasmo al mismo tiempo, hasta en eso, su acuerdo era mutuo, pleno y de regocijo…..terminaron juntos al igual que la pieza musical.

Esa tarde-noche aún continuaron hasta quedar exhaustos. Ese día Lizbeth ya no vio al novio, ya rompería después con él. Ese día, Iván llego muy tarde pero renovado a su hogar. Pero esos hechos son otra historia.

 

ELLA:

Consciente de que su precoz madurez le indicaba que con nadie de su edad hubiera experimentado lo placentero y rico que fue perder su virginidad. Simplemente la mejor experiencia corporal que se hubiera podido imaginar. Sería su más profundo secreto. Sabría ya cómo manejarse con los hombres, sencillamente se estaba graduando de todo a todo. Se sentía plena, radiante, segura de sí misma, confiada en salir a la vida para vivir, gozar y ser plena. Serúa su más profundo secreto, se lo llevaría a la tumba.

EL:

Consciente de que su serena madurez le indicaba que con ninguna otra mujer, ya sea compañera o alumna hubiera experimentado lo placentero y rico que fue traspasar este umbral de falsa moralidad. Simplemente la mejor experiencia corporal que se hubiera podido imaginar. Sería su más profundo secreto, se lo llevaría a la tumba. Se sentía pleno, radiante, seguro de sí mismo, confiado en salir al paso de esta increíble aventura extramarital para vivir, gozar y ser pleno.

SÉPTIMO DÍA: El acuerdo

Si vas a hacer algo relacionado con el sexo, debería ser cuanto menos genuinamente perverso. Grant Morrison.

Y dios hizo el séptimo día para descansar, el hombre y la mujer para retozar. Ellos retozaron como si fuera su luna de miel y las que siguieron,  pero eso es otra historia por contar.

ELLA:

Las dos mejores decisiones de su vida, en tan solo siete días se habían conformado. Su intelecto le había permitido conocer la gloria y no se arrepentía, simplemente era una mujer moderna, sin trabas morales ya y dispuesta a seguir gozando. En la empresa le daban un año de estancia en México, después se iría al extranjero. Que bien, así estaría un año con Iván, siguiendo su proceso de formación. La discreción de ambos, es algo que agradecía. Era feliz y así seguiría, tan era así que no tendría que contárselo a nadie, nunca más.

EL:

Estaba maravillado y feliz, en una sola semana, logro lo que en su más profundo subconsciente quería desde siempre. Su experiencia y madurez le había permitido conocer la gloria y no se arrepentía, simplemente era un hombre nuevo, sin trabas morales ya y dispuesto a seguir gozando. En la empresa de Lizbeth le daban un año de estancia en México, después se iría al extranjero. Que bien, así estaría un año con ella, disfrutando de esta aventura de maduros. La discreción de ambos, es algo que agradecía. Era feliz y así seguiría, tan era así que no tendría que contárselo a nadie, nunca más.

FIN

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