Mariam y Andy son una pareja, una vieja pareja de apenas diez años de vida en común, ambos rondan la cuarentena y se quieren, bueno, mejor decir que cada uno quiere al otro a su manera, pero se aburren soberanamente y son conscientes de ello.

Gozan de una holgada situación económica y buscan desesperadamente alguna forma de pasar los días en común, de matar ese aburrimiento mutuo. Hoy van a jugar a Las verdades, han inventado un juego muy sencillo e inocente, un dado, una tirada cada uno y gana el punto más alto. El ganador formula una pregunta a la que, el perdedor, debe responder con la verdad más absoluta. En el caso de negativa a responder a una pregunta, deberá despojarse de una prenda, y si alguno miente y el otro lo descubre, el mentiroso está obligado a llevar a cabo tres acciones que le sean encomendadas por su contrario.

Encontramos a la pareja sentados ante una mesa de su casa, muy serios ambos, muy en el plan de decirse el uno al otro, “yo no voy a hacer trampas”.

Mariam es una mujer de apenas cuarenta años, no los parece, de aspecto juvenil y elegantemente seductora, es una mujer dulce y cariñosa. Es guapa y ella lo sabe, pero está fatigada de que se lo repitan con frecuencia, quizás por eso viste de forma un tanto excesivamente recatada. No es exactamente maruja, pero no la faltaría demasiado para serlo.

Andy tiene 47, aspecto cuidado,  buen conversador, inteligente y culto,  es el blanco de no pocas miradas femeninas, a las cuales como hombre respetable y de respeto, no puede responder, pero que siente y, de alguna manera, inflan su ego.

Las copas de vino que hay sobre la mesa están mediadas, hace ya un rato que juegan y han superado las típicas y banales preguntas de reconocimiento. Los dos temen que también este experimento sea un fracaso, que este juego sea tan aburrido como lo has sido todos los que, anteriormente, han intentado, así es que, cada uno por su lado se deciden, echar un poco mas de leña al fuego, de forma muy comedida, por supuesto.

Gana Mariam, y pregunta,: –

Mariam.-  Me has sido infiel?.

Andy.- Solo una vez, lo sabes, y si es que a eso llamas tú ser infiel

Mariam.- Si, y prefiero que no me lo recuerdes.

Andy.- Eres tú la que ha preguntado

Mariam.- Y que bien te lo pasaste a costa mía

Andy, un poco picado porque el tema está sobre la mesa con frecuencia. ¡Eres el colmo!, me lo has repetido cien mil veces y te olvidas de que mientras tanto, tú te acostabas con Mariano.

Mariam.- Solo lo hice tres veces y además, yo no faltaba ni una noche a casa

Andy.- Vamos, que según tú, el pecado estaba en no venir a dormir a casa, no en estarte acostando con otro, aparte de ya antes te habías acostado con Max

Mariam.- La culpa fue tuya, estaba harta de que fueras a la casa de tu ex

Andy.- Ya!, y por eso te buscaste un amante que mantuviste durante muchos meses y que hasta me vino a reclamar que no tenía muchas oportunidades de estar contigo porque, según él, yo era muy posesivo.

Pero dejemos eso y continuemos con el juego, de otra manera no llagamos a ningún lado.

Mariam.- Eres un cerdo, sabes que no fue así, pero luego hablaremos de ello. Tira el dado!.

Este es el tono y la franqueza con el que suele expresarse la pareja, sacando a la luz viejos rencores. En el fondo la pareja se odiaría si fueran capaces de sentir profundamente cualquier cosa, pero la “gente bien” no sube el tono, aunque las puyas entre ellos son constantes y cada vez mas aceradas.

Es el turno de Andy, que saca un seis, contra el cuatro de ella.

Andy.- Que siente una mujer como tú cuando se acuesta con un hombre que no es su pareja?, mejor dicho, que has sentido tú cuando te acostaste por primera vez con otro?.

Mariam.- ¡ A ti que te importa ¡

Andy.- Lo siento querida, pagas una prenda por no haber respondido a la pregunta, son las reglas del juego.

Fastidiada, ella se pone en pié y se quita el vestido, debajo tiene puesto un bonito y sensual conjunto de lencería color negro, que contrasta con el tono muy claro de su piel y pone en valor todo su cuerpo. Realmente está para comérsela, pero Andy, cuyos ojos se han iluminado por un momento, permanece inmutable tendiéndola el dado

Andy.- Además de la prenda estás obligada a responderme

Mariam.- No veo la razón por la que yo no pueda acostarme con otro hombre, si me apetece

Andy.- Ni yo veo la razón por la cual no quieres contestarme, y no te queda demasiada ropa que quitarte

Mariam.- Ya que tienes tanto interés en saberlo te lo voy a decir, la primera vez que me acosté con José….

Andy.- (interrumpiéndola) José?, de quien hablas, yo pensaba que fue con Max, y ahora me sales con un José?

Mariam.- (muy cortada, se da cuenta de que ella misma se ha traicionado hablando de alguien que él no conocía) No tiene importancia, fue en Cantabria y tú estabas en Ecuador desde hacía meses

Andy.- Como justificación es de lo más banal que he oído, supongo que tendrás alguna otra…

Mariam.- Estaba sola, me aburría y él era el hijo de un amigo de mis padres, a veces me llevaba en su coche para hacer compras

Andy.- (con ironía) Ya veo, te acostaste con él para pagar el servicio de taxi

Mariam.-(picada por la ironía de Andy) Solo fueron dos veces y no tenía que pagar por nada. Fue una noche, después de una fiesta a la que me habían invitado, me acompaño hasta la casa y me dio un beso

Andy.- Y con el beso en que se convirtió, en príncipe o en rana?

Mariam.- En ninguna de las dos cosas, si acaso en amante, porque después de despedirnos y subir a casa sonó el timbre y era él de nuevo. Me propuso ir a su casa ya que no estaba su familia, y acepté

Andy.- Imagino la escena, llegasteis a su casa, abrazo y beso pasional nada más cerrar la puerta, desnudaros mutuamente y follar hasta quedaros dormidos de cansancio. Muy convencional, querida, y la continuación típica, él tuvo su orgasmo pero tú no, y así tenías motivo para repetir el polvo. Por cierto, cuando regresé de Ecuador, seguíais viéndoos?

Mariam.- Sabes que si, te le presenté el día de tu llegada

Andy.- Es cierto, que pasó, no tuviste tiempo de avisarle de mi llegada?. Debisteis quedaros bastante frustrados esa noche, a menos que tu idea fuera el que hiciéramos un trío

Mariam.- ¡ Muy gracioso ¡, eres un imbécil!

Andy.- ( burlón) Segundo insulto, debes otra prenda, si es que te atreves a seguir jugando

Mariam.- Yo no me acobardo contigo ni con nadie, y sí, aquella noche habíamos quedado, pero tú llegaste de improviso y no tuve tiempo de avisarle. Por cierto, cuando él llamó al timbre, yo debería haber bajado desnuda bajo el poncho, el plan era irnos a cualquier lugar donde no nos conocieran,  nos divertía provocar a la gente, y follar en cualquier parte.

Mientras habla, Mariam se quita el sostén, que deja caer al suelo.

Andy.- Reconozco que tienes unas tetas preciosas

Mariam.- (acariciándoselas y mirándole burlona) Se mira y no se toca

Andy.- Que pasa, las reservas para otro?

Mariam.- Me acabas de dar una idea. Sigue jugando

Andy pierde esta vez y ella, con muy mala intención, le pregunta

Mariam.- Que harías si me vieras follando con otro hombre?

Andy.- (pensativo) Sinceramente no lo sé

Mariam.- Esa no es una respuesta válida, responde!

Andy.- Ya te lo he dicho, no lo sé, probablemente no me gustaría. No montaría un escándalo, pero me marcharía para no veros.

Mariam.- Eres un romántico incurable, pero creo tu respuesta y mereces tu premio

Ella se levanta y camina hacia él, muy sensual inicia unos pasos de baile, se inclina para besarle y después se sienta sobre sus piernas, tomando una mano de su marido, la posa sobre uno de sus senos que él acaricia suavemente. Se besan y sus lenguas juguetean hasta que ella se levanta y mirando los ojos de Andy, ella desabrocha su pantalón, extrae la verga que acaricia con suaves movimientos, se quita la braga de encaje y se sienta a horcajadas sobre su marido, busca la posición ideal y cuando la encuentra, se deja caer muy despacio sobre ella, haciendo que la penetre hasta no poder mas, inicia con sus caderas un movimiento de rotación que va acelerando hasta convertirse en desenfrenado hasta alcanzar su propio orgasmo, después, un poco más calmada y satisfecha pero todavía como clavada en él, le habla a su marido.

Te imaginas cariño, si tú pudieras verme en este momento y desde fuera. Que morbo si pudieras verme cuando tengo un orgasmo. Que me vieras así clavada, pero claro está, sobre la polla de otro, de otra manera no podrías verme. Te imaginas que morbo?. No me digas que no te gustaría ver como cualquiera, un extraño me acaricia las tetas, estas que tanto te gustan, las mismas que ahora tienes en tus manos; que me desnuda y le desnudo, que me acaricia como tú lo haces, que tú que me conoces le dieras instrucciones sobre  las cosas que me gustan, que guiaras su verga hasta meterla muy profundo en mi sexo. Que vieras como me folla, te encantaría, estoy segura de ello. Es más, te propongo un trato y si lo aceptas te contaré todas mis aventuras con detalles, las que sabes y las que ni siquiera  sospechas.

A los ojos de Andy, su mujer aparece como una desconocida, se miran a los ojos desde muy cerca, porque la tiene sentada sobre su verga que ha perdido gran parte de su fuerza durante las palabras de ella, se siente frustrado, confundido, no puede creer lo que sus oídos han escuchado. A su mente llegan un sinfín de imágenes sin coherencia, en todas está ella, Max, José, Alex, Rolando, Fernando y tantos otros, son flases, momentos a los que no dio importancia y la tenían. Esta realmente hipnotizado por la mirada de ella que se da cuenta de su laxitud y de la flacidez de su verga, sabe que le tiene dominado y no puede permitir que se le escape, contrae todos los músculos de su vagina, los distiende, nuevamente los contrae, son movimientos rápidos, muy profundos, a los cuales responde la polla de Andy, siente como se hincha, como crece, como empieza a moverse dentro de ella, los dos se mueven ahora, rápido, rápido, rápido. Andy no puede más, chorros de semen comienzan a salir disparados de su verga, golpean las paredes interiores de la vagina de Mariam, es el momento, ella se retuerce sobre él, su vagina es su fuente de placer, lo busca, lo provoca ansiosamente, está a punto de lograrlo, y lo consigue, todo su sistema nervioso se ha ido crispando, su garganta emite gritos que no controla, mas y muy fuertes contracciones y, de pronto el estallido, la gran traca final que la hace olvidarse de quien es el propietario de la verga que aprisiona en su interior, para concentrarse en LA VERGA en sí.

Nuestra pareja se ha aseado, están desnudos y sobre el magnífico cuerpo de Mariam, lucen gotas de agua que brilla con la luz que entra por el gran ventanal. Ella sabe que todavía no ha conseguido lo que quiere, todavía Andy está indeciso y tiene que consolidar su dominio sobre él. Sentada como está, y frente a él, va separando sus piernas lentamente, como si no se diera cuenta del panorama que le está ofreciendo a su marido, es consciente de que su vagina está aún abierta, que los ojos de Andy se han dado cuenta de ello y que la mira absorto. Ella sonríe para sí y con sus manos comienza a acariciar sus piernas, va ascendiendo despacio hasta su sexo hasta taparlo con sus manos, después inicia un suave movimiento, lo frota con la palma de la mano, sus dedos encuentran su clítoris e inician su masturbación que alterna con la penetración de sus dedos, abriendo sus labios mayores e introduciendo sus dedos todo lo que puede.

Andy mientras tanto cree alucinar, jamás había visto a su mujer tan sumamente lanzada, tan excitada y excitante; como consecuencia de lo que ve, su verga ha crecido de forma desmesurada, se masturba con las dos manos sin dejar de mirarla, cuando ella le vuelve la espalda levantando sus nalgas y apoyando manos y cabeza sobre el sillón, se abalanza sobre ella y la penetra violentamente por el ano que se le ofrece. El grito de ella parece traspasar los muros de la casa, pero los violentos movimientos de Andy comienzan a convertir el dolor en placer hasta que ya solo existe este y ambos caen derrengados sobre la alfombra, unidos, como clavados el uno en el otro

Mariam tiene todo el cuerpo dolorido, pero sabe que ha triunfado, que a partir de ese momento, puede conseguir de su marido todo lo que quiera, que podrá realizar todas sus fantasías y deseos  sin obstáculos, aunque tenga ahora que contarle todas y cada una de sus aventuras extraconyugales, de las cuales él no sabe nada.

Semanas después encontramos a Mariam y  Andy nuevamente, están en su casa, pero ya la situación ha variado, sobre la amplia cama, Mariam está siendo poseída por un desconocido, mientras Andy, a su espalda, trata de penetrarla al mismo tiempo, lo consigue a base de contorsiones y los dos hombres acompasan sus ritmos. La vagina de Mariam, tremendamente dilatada, lo permite, es su mayor fantasía, poder llegar a ser como una inmensa vagina en la que tuvieran cabida, no solo los atributos masculinos de los hombres, sino ellos enteros, al fin de cuentas, si los hombres salieron por ahí, no debería existir razón para que no puedan volver a entrar.

 

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