Exhibiéndome en la playa

Viernes

Al despertar, viernes por la mañana, me sentía muy diferente de los días anteriores. Era relativamente temprano, mi novio estaba aún acostado a mi lado, pero sentía que las cosas habían cambiado totalmente. Me levanté de la cama, fui al servicio para asearme. Vi en mi cel. que era mucho más temprano que de lo que me estaba levantando en días anteriores, apenas eran las seis de la mañana, pero ya no tenía sueño, contrario de los otros días cuando me despertaba a las nueve o diez de la mañana. Al salir del aseo vi que mi novio se había despertado, y me miraba fijamente mientras me acercaba a él. Al llegar a la cama, me recosté, pero prácticamente sobre él, le di un beso en su boca y sin decir nada empecé a acariciarle su pene con mi mano derecha. No pasaron más de algunos segundos y empecé a sentir como se endurecía ese miembro y mis ganas por sexo se incrementaban, mi novio empezó también a tocarme el cuerpo, principalmente mis tetas que colgaban sobre él, y luego bajo una mano hasta mi sexo y empezó a hacerme gozar con sus dedos. Mi sexo chorreaba jugos, y estaba desesperada por recibir una penetración de aquel aparato sexual de mi novio, por lo que me coloqué en posición para metérmela toda, y justo cuando estaba metiendo la punta de la picha de mi novio, este me tomó por la cintura y me arrojó violentamente a un lado de la cama, que por poco me tira fuera de ella.

-Quieres que te coja perra!!! Exclamó el. Yo por mi parte estaba algo confundida, ya que su tono de voz era como autoritario, como si estuviera enojado.

-Si amor, pasa algo? Pregunté yo muy sumisa.

-Si perra!!! Que no vas a tener sexo ni hoy ni mañana, vas a estar en abstinencia total hasta después del evento!

-Porque amor? Pregunte yo.

-Porque yo mando perra!

La respuesta fue clara y concisa, y no me dejo lugar a dudas ni me atreví a decir nada más. Estaba algo confundida, no sabía si mi novio estaba enojado con migo o si había ocurrido algo que yo no notara, pero lo que si tenía claro es que sería de ahí en adelante más sumisa aun de lo que había sido hasta ese momento. Mi novio se levantó, se fue al aseo de donde regresó pronto. Se colocó su ropa deportiva para salir a correr y en ese momento se dirigió a mí:

-Vístete perra, vamos a salir a correr un poco, aprovechando que estas despierta temprano. Yo me quedé paralizada un momento, pero antes de que me dijera algo más, me levanté y me fui hacia mis cosas. Me puse a pensar que en realidad yo no traía nada apropiado para ir a correr, aunque no sabía cómo decirle. Abrí mi maleta, y empecé a buscar sin sentido, saqué la camiseta y el short con los que había hecho el viaje el día que veníamos, y ahí me detuve, sabía que no tenía calzado deportivo y era evidente que no podría ir a correr en tacos. Me puse el short, en seguida me coloqué la camiseta, miré a mi novio y le dije:

-Por dónde iremos?

-Pues creo que tendremos que ir por la playa, ya que no tienes zapatos para correr por la calzada! Escuchar eso fue un alivio para mí, con lo que le dije:

-Entonces estoy lista amor.

-Bien perra, entonces salgamos. Dicho esto, salimos inmediatamente, yo iba descalza, aunque en realidad no tengo ningún problema con eso, mis pies están muy acostumbrados a caminar en cualquier terreno sin calzado. El short que tenía puesto, de mezclilla, era bastante chico, prácticamente tenia medio culo al aire, y la camiseta ni que decir, como había dicho en mi primer relato, era algo ajustada, pero tampoco era que me apretara y apenas si llegaba a tapar mis tetas en lo largo. Justo al salir del hotel empezamos a correr hacia la playa, mi novio llevaba un paso bastante fuerte, y si bien tengo muy buena condición física, mis tetas son un problema cuando intento correr, y debo hacerlo a un paso bastante lento o tener una mano sobre mis pechos para evitar los brincos excesivos que dan estos. Tuve que hacer lo segundo para intentar mantener el paso que llevaba mi novio, y correr con una mano sobre mis tetas para intentar sostenerlas un poco. Sabía que de esta manera me cansaría muy pronto, y que si mi novio no bajaba el ritmo no podría estar a su altura por mucho tiempo. Igual por el momento no me atrevía a decir nada, así que hice mi mejor esfuerzo por mantener el ritmo, que para mí era muy fuerte. Al cabo de unos 15 o 20 minutos de correr a ese ritmo, sentía que ya mis fuerzas no me darían para mucho más. Corríamos por la playa, la cual estaba prácticamente desierta a esas horas de la mañana, yo iba unos 10 a 15 metros atrás de mi novio, y en ese momento decidí decirle que tendría que bajar el ritmo, así que aumente la velocidad para alcanzarle, y al estar a su lado le hablé:

-Amor, no podré mantener el ritmo, vayamos un poco más lento por favor.

-Más lento!!! Exclamo él, pero si vamos despacio.

-Amor, por favor, sabes que no puedo correr mucho con estas tetas, llevo una mano sobre ellas todo el rato, de lo contrario me rompo el cuello.

-Lo se perra… Hagamos algo, baja el ritmo un poco, yo seguiré así y te esperaré al final de la playa. Dicho eso, aumento la velocidad, al ritmo que supuse corre normalmente, yo por mi parte tuve que bajar la velocidad, momento en el cual alce la mirada y vi que la playa aún se extendía por al menos 2 kilómetros más. Seguí corriendo, ya a mi ritmo, sin tener que llevar las manos sobre mis tetas, las cuales ahora se movían a gusto, constantemente sentía como la camiseta se me iba subiendo y me dejaba las tetas al aire, pero yo intentaba mantenerlas tapadas lo más posible, sentía que no era el momento para andarme exhibiendo por la playa. Corrí por unos diez o quince minutos más, hasta alcanzar el final de la playa. Al llegar ahí, había una montaña que no permitía el paso, más que por las piedras grandes que iban bordeando el acantilado que había a la orilla del mar, observé un poco hasta que logré ver a mi novio sentado en una roca a unos cien metros de donde yo estaba, adentrándose por las piedras, así que me dirigí hacia él. La ruta era difícil, sobre piedras enormes, y en algunas partes debía saltar de una piedra a otra pues habían huecos grandes y hasta llenos con el agua del mar que con las olas subía por entre las piedras, las cuales, al estar expuestas al agua del mar, tenían adheridas conchas y cosas similares que las hacían muy ásperas, cosa que me incomodaba un poco y hasta me dolía cuando debía saltar de una piedra a otra. Finalmente logré alcanzar el sitio donde se encontraba mi novio. Él estaba sentado en una roca muy grande, donde cada ola que reventaba lo salpicaba un poco de agua, me acerque a él y fue entonces cuando levanté mi mirada y pude observar la panorámica que había desde aquel punto. Se podía observar toda la playa, estábamos como en frente de todo, y había una vista espectacular. Me senté al lado de mi pareja, lo abrace y le di un besito en su oreja, a lo que reaccionó y me dio un tremendo beso en mi boca, el cual se extendió por varios segundos hasta que escuchamos el rugir de una ola la cual nos bañó casi por completo. Nos separamos inmediatamente y nos levantamos entre risas, la marea estaba subiendo, y sin nos quedábamos ahí terminaríamos buceando entre las piedras en el mejor de los casos. Al levantarme, me di cuenta que mi ropa había quedado totalmente mojada, mi camiseta estaba totalmente transparente dejando a la vista el par de tetas, mi novio se dio cuenta al mismo tiempo de la situación y me dijo:

-Como que ya estás practicando para mañana!!!

-Así pareciera, le contesté, y continué, pero es que no tenía nada más que ponerme para acompañarte a correr amor.

-Lo se Jessi, me dijo, en un tono muy diferente al que me había hablado en las últimas horas. Y aunque no me disgusta para nada que me trate como su perra, hay veces es bueno sentir que no es por disgusto que lo hace, y parece que ese era el momento en que me lo haría saber de una manera que ni yo misma me lo esperaba. El continuó hablando:

-Sabes Jessi, no quiero ser grosero con tigo, es solo que me gusta sentirme autoritario con tigo, pero no quiero hacerte sentir mal ni que pienses mal por alg…

-Amor, le interrumpí yo, -no te preocupes, sabes que me encanta ser tu sumisa, tu perrita, y me encanta que me trates así, que me des órdenes y hacer las cosas tal cual me dices, quiero que mantengamos ese juguito el resto de la semana, que me trates como a tu puta, haré lo que desees. Dicho esto, me quedé pensando en lo que le dije, no estaba segura de lo que pasaría de aquí en adelante, si fue o no inteligente eso, más aun sabiendo los acontecimientos que se habían dado en los días anteriores y lo que estaba por venir, pero lo dicho, dicho estaba, así que no iba echar para atrás. Las propias palabras de él fueron las que me sacaron de mis pensamientos.

-Bueno Jessi, creo que más tarde iremos de compras para que puedas salir a correr con migo por las mañanas en algo más decente que eso que tienes puesto, que en realidad es ahora como si estuvieras desnuda!!!

-Bueno, eso no era así cuando salí, fue por culpa de esa ola que nos ha bañado y ha dejado mi camiseta transparente, pero yo no venía enseñando mis tetas amor.

-A qué no? Te vi cuando venias corriendo que tu camiseta constantemente dejaba tus tetas al aire, cosa que no es novedad en ti, pero no me vengas a decir que venias bien tapadita!!!

-Está bien, tienes razón, pero igual, no tenía nada más que ponerme para correr!!!

-Te pudiste haber colocado un traje de baño por debajo de esa ropa, y no venir con tus tetas al aire, y casi que tu culo de igual manera, ya que ese short que traes puesto tampoco te cubre mucho que digamos!!!

-No pensé en eso amor, te soy sincera, tendré más cuidado la próxima vez, y con un gesto sumiso agregue, discúlpame amor. Con eso, el pareció entender que el juguito continuaba, y que era yo quien le pedía que por favor me tratara como a su perra, lo cual hizo de inmediato.

-Bueno perra, es hora de regresar, te espero en la habitación, no voy a correr a tu ritmo de novata. Dicho eso, empezó a avanzar por sobre las piedras con agilidad felina, y claro, él tenía su calzado deportivo lo cual le daba mayor comodidad en comparación con mis pies descalzos. En lo que yo logré avanzar por sobre dos rocas él ya estaba sobre la arena de la playa corriendo a un ritmo muy fuerte. Para cuando logre alcanzar la playa, mi novio era ya un pequeño punto en el horizonte, sabía que era imposible lograr alcanzarle, aun así, eche a correr tras el para no quedarme excesivamente rezagada. La camiseta mojada me daba la ventaja de que se pegaba a mis tetas, y aunque era transparente de esa manera, al menos no se me andaba subiendo, y aparte de eso, me daba cierta sujeción en los pechos, lo que me permitió correr a un paso más fuerte. La playa ya no estaba tan desierta como cuando iba hacia la montaña, ya serian cerca de las siete de la mañana, y ya se empezaban a mirar los empleados de los diferentes hoteles que hay a orillas de la playa haciendo sus labores, así como uno que otro turista y surfeadores que suelen salir a esas horas en busca del mar. Si bien no fueron muchos los que me encontré durante el trayecto, y muchos menos de los que pasé muy cerca, si me di cuenta de que algunos se quedaron embobados a mi paso al ver mis tetas saltando de un lado a otro con el ritmo de mi trote. Así llegué hasta la entrada de la calle del hotel, por donde seguí mi ritmo de trote sin prestar mucha atención en quien o quienes me miraban, ya para ese punto, mi camiseta estaba bastante seca, y ya no se transparentaba mis tetas, pero al mismo tiempo, ya no se pegaba a ellas por lo que sentía que se iba subiendo poco a poco dejando mis tetas al aire nuevamente. Si bien la camiseta se mantenía algo húmeda, tanto por el agua del mas como mi sudor, no era lo suficiente como para mantenerla adherida a mi cuerpo. Justo al llegar a la entrada del hotel sentí como mis tetas ya estaban totalmente desnudas, pero me abstuve de acomodarme la camiseta pensando en que le podría dar un buen espectáculo de tetas a Juan, pero para mi sorpresa, justo cuando llegué a la entrada del hotel al que me encontré de frente no fue precisamente a Juan, si no a uno de los chicos que se hospedaban en una de las habitaciones que salen a trabajar todas las mañanas. Había olvidado por completo que era viernes, día de trabajo normal para la mayoría, y que, obviamente a esas horas de la mañana es cuando todos salen a su jornada laboral. Claro, la sorpresa del chico fue mayúscula cuando me vio venir hacia el corriendo con las tetas al aire, y la sorpresa mía fue mayor al ver a alguien que no me esperaba de frente, a menos de dos metros de mí. Reaccioné de inmediato, y me puse las manos en mis tetas, supongo que mi rostro se puso rojo totalmente ya que el chico me habló inmediatamente:

-Un ángel cayó del cielo!!! Dijo el, con un tono un poco gracioso, y continuó. No se preocupe muchacha, una hermosura como Ud. no debe sentir vergüenza, más bien, debería ser yo quien sienta pena de interrumpir su paso. Sus palabras hicieron evidente mi vergüenza que se notaba en los colores de mi rostro, pero al mismo tiempo hizo que me diera un cierto aire de confianza.

-Disculpa, no esperaba encontrarme a nadie. No quise ofenderte! Le dije con voz de niña.

-Ofenderme!!! Exclamo él. Para nada preciosa, daría lo que sea porque esa imagen no se borre de mi mente nunca más. Es más, pagaría por eso!!!

-Ja ja ja, reí yo con un poco de ironía. Por dentro pensaba que él podría ver mis tetas cuando quisiera, mientras tomo el sol en la piscina, y quizás, hasta más que eso.

-Por cierto, no irás al concurso de camisetas mojas? Deberías ir, fijo que ganas! Dijo él. Eso me dejó paralizada por un momento, pero le contesté:

-Seguro estaré ahí, tú crees que tengo posibilidades? Pregunté yo nuevamente con inocencia.

-Posibilidades??? Si haces un espectáculo como el que acabo de ver fijo ganas preciosa! Él decía eso con mucho morbo, pero al mismo tiempo con respeto. Su mirada se centraba en mi rostro, y no en mis tetas, que seguían cubiertas únicamente por mis manos. En ese momento, solté mis tetas para acomodar nuevamente mi camiseta, momento en el cual deje que por unos instantes el viera mi pecho nuevamente mientras me acomodaba la ropa, cosa que hizo de gusto, y con una sonrisa en su rostro dijo:

-Uy mamita, es que estas como Dios manda!

-Gracias, le dije yo. -Entonces espero verte mañana! Agregue.

-Si tu estas y prometes dar un espectáculo como el de ahora, fijo que estoy. Ahí me entró el morbo y le dije:

-Si te veo mañana, haré algo dedicado para ti para que no lo olvides, algo mejor que esto, y dicho esto, me levante la camiseta nuevamente para enseñarle ahora sí, con toda calma mis tetas de manera directa, le hice un gesto de viciosa y en seguida proseguí mi camino, dejándolo atrás. Mientras me alejaba me acomodé mi camiseta de nuevo y escuche que el chico me decía:

-Fijo ahí estaré mañana esperando que cumplas la promesa!!!

-La cumpliré! Le dije yo sin detener mi paso hacia mi habitación.

Entré en nuestra habitación, no estaba mi novio, lo cual me sorprendió por un momento, pero luego, al mirar el reloj supe que de seguro estaría corriendo aun, pues apenas si había pasado una hora de que habíamos salido, y por lo general se tarda al menos dos horas en su rutina, era evidente que el trayecto con migo no cumplía ni con la mitad de lo que suele hacer diariamente. Me dirigí a la ducha, donde me bañe muy bien, y aunque tuve deseos de masturbarme por todos los acontecimientos ocurridos, no lo hice pensando en el mandato de mi novio de nada de sexo, y quería ser la sumisa obediente que suelo ser. Salí del baño, busque un traje de baño. Ya en los días anteriores había utilizado los tres que había traído con parte superior, y la verdad, ese día no pensaba usar nada arriba, pues al día siguiente sería el concurso, y no quería ni rastros de marcas en mis tetas, así que, tome una de las dos tanguitas que había traído que no tienen parte superior, que en síntesis son muy similares a las de los otros bikinis, minúsculos triangulitos que a duras penas tapan algo, y todo el resto sin finas tiritas que unen todo. Este que saqué es de color rosa, me lo coloqué y me lo jalé bien hacia arriba, provocando esto que se incruste hasta dentro entre mis labios y mi culo, una sensación que me encanta. Hecho esto, me puse unos los tacones blancos que había usado la segunda noche con el vestidito rosa. Salí de la habitación, con la toalla en la mano y el bolsito de mis cosas personales, y las tetas al aire, sin importarme más, me dirigí a la silla que ya era mía! Coloqué mi toalla y me tumbé de inmediato boca abajo, me puse el bronceador a como pude, pues no había nadie a quien solicitarle ayuda y me relajé. Al poco rato llego mi novio, quien al verme en la toalla me dijo:

-Quien te ha dado permiso de estar acá perra? Era evidente que se estaba tomando en serio su rol de dominante.

-Disculpa amor, no quise molestarte, pensé que… Me interrumpió el de inmediato.

-No tienes derecho de pensar perra, solo de obedecer.

-Discúlpame amor, por favor, no ocurrirá de nuevo. Le dije yo muy sumisa, e inmediatamente hice un movimiento como para levantarme e irme para la habitación, cosa que nuevamente tuvo una reprimenda.

-Y ahora que pretendes hacer perra?

-Irme para la habitación amor.

-Y quien te ha dicho que hagas eso perra?

-Eh… nadie amor, pensé…

-Nuevamente pensando perra! Interrumpió nuevamente.

-Discúlpame amor, que deseas que haga?

-Pues, ya estás aquí perra, ahora quédate a tomar el sol. Igual debes estar perfecta para mañana. Dicho esto se inclinó sobre mí, y me empezó a tocar el culo y la vagina, como buscando algo.

-Veo que has hecho caso al menos en tu abstinencia y no traes nada en tus agujeros.

-No amor, no tengo nada tal cual me lo has ordenado.

-Bien, eso está bien, y ni se te ocurra hacer algo contrario a mis órdenes perra.

-No amor. Me podrías ayudar a ponerme crema en la espalda, es que no lo he podido hacer bien yo sola, le pedí.

-Está bien perra. Dicho esto, tomó el frasco del bronceador y empezó a colocarme por todo el cuerpo, entreteniéndose sobre manera en mi culo nuevamente, metiendo mano y dedos por todos mis agujeros logrando una tremenda excitación en mí, al punto que estaba a punto de correrme, momento en el que él se detuvo, y sin decir nada se levantó y se retiró hacia la habitación diciendo:

-Nada de eso perra, tendrás que aguantar, regreso en un rato. Él sabía lo que me hacía, y sabía muy bien el momento exacto en el cual se podía detener y dejarme con el orgasmo a punto, y disfrutaba de hacerme sufrir de esa forma, y por alguna razón, yo disfrutaba de ese martirio al cual me sometía.

Me quedé ahí, tumbada boca abajo por un rato, luego me di vuelta y procedí a colocarme bronceador por el frente, lo disfruté al máximo, me entretuve masajeando mis tetas, y luego por mi vagina, al punto que nuevamente sentí como mi orgasmo se acercaba, así que me detuve, terminé de colocarme el bronceador y me relajé nuevamente. En ese instante escuche la voz de mi novio, a quien no había escuchado llegar, que estaba justo sobre mí:

-Eres obediente perra, me gusta eso. Era evidente que estuvo suficiente tiempo como para darse cuenta lo que había hecho, y me alivió que no hice nada.

-Iré a traer algo para desayunar perra, espérame aquí, no te muevas! Dicho esto, se retiró, yo me quedé tomando el sol a mi gusto. A los quince minutos, mi novio estaba de regreso con unas bolsas, en las cuales traía nuestro desayuno.

-Sigues aquí perrita, me gusta tu obediencia, te has ganado un desayuno. Siéntate. Yo me incorporé sonriente, lo miré a los ojos y dije:

-Gracias amor, soy tuya y haré lo que me digas.

-Bien bien, vamos a desayunar algo. Ponte la parte de arriba de tu bikini.

-Eh… no traje amor, no tengo parte superior para este bikini. Contesté yo, esta vez con cierta desconfianza de que esta respuesta no le gustaría a él.

-Ahhh, entonces vienes con las tetas al aire desde la habitación!

-Eh, sip amor.

-Mmmm, bueno, que le vamos a hacer, eres una puta legitima. Igual, desayunemos! Su respuesta no era justamente lo que me esperaba, pero al menos fue relajante no recibir otro regaño. Me entregó una bolsa, la cual contenía una cajita con frutas, las cuales me comí de gusto, igual había un sándwich y una cajita con leche fresca, me lo comí todo, los ejercicios de la mañana habían abierto mi apetito. Una vez terminado, me quedé esperando las órdenes de mi novio, el cual, al verme esperando me dijo:

-Quieres seguir tomando el sol?

-Lo que tú ordenes amor.

-Bien, entonces recuéstate nuevamente, que te doy más cremita en la espalda!

Mi novio me puso crema en la espalda, esta vez no me martirizó tanto como anteriormente, y me pude relajar pronto. Estuvimos así por un buen rato, el en ocasiones se metía a la piscina y nadaba un rato, luego salía y se tumbaba a mi lado, me daba crema por uno y otro lado y volvía a nadar. Como a las diez de la mañana, salió Andrea de su habitación, tenía cara de que había pasado una noche tremenda, se acercó a mí, justo mi novio estaba en la piscina:

-Hola Jess.

-Hola Andre, que tal tu noche?

-Ufff Jess, ni te imaginas, tremenda!!!

-Se te nota!!! Le dije con una mirada picara.

-Tanto así amiga?

-Tanto así! Repliqué! Se quedó en silencia, y al cabo de unos segundos nos reímos las dos al unísono.

-Ja ja ja…

-Hace mucho estas aquí? Preguntó Andrea.

-Sip, mas menos, temprano salí a correr con mi novio.

-Ahhh, madrugaron entonces!!!

-Se puede decir!!!

-Bueno, regreso a mi cuarto para alistarme y vengo para estar con tigo Jess.

-Está bien Andre, aquí estaré. Dicho esto, se retiró Andrea a su cuarto y yo seguí tomando el sol. Al poco rato, ella volvió a salir con su bikini de hilito que había usado el día anterior, y vino hasta la silla que igual había usado ella. Se tumbó boca arriba y se empezó a dar bronceador por el cuerpo. En ese momento justo mi novio salía de la piscina y se acercó a nosotras.

-Hola Andre, dijo él.

-Hola, contestó ella.

-Si ocupas ayuda me dices, le dijo mi novio a ella, a lo que yo inmediatamente levante la mirada viéndolo seriamente pero sin decir nada. Si bien teníamos un juguito, era entre nosotros, yo no quería incluir a nadie más. Claro, no tendría derecho de reclamar pues a mí también me habían dado crema ya otros chicos días atrás, y de maneras muy provocativas!

-No te preocupes, ya viene Carlos para ayudarme, contestó Andre sin ninguna malicia. Efectivamente, Carlos salía justamente de su habitación, y se dirigió a nosotros, saludando a todos y mirando mis tetas fijamente.

-Hola!!! Dijo el de manera general. Me agradaba esa mirada que me hacía, me gustaba saber que mis tetas le llamaban la atención, igual, por cierto respeto en ese momento me di vuelta y le solicité a mi novio me diera crema en la espalda, cosa que hizo de gusto, y esta vez, nuevamente se dio gusto tocando mi culo, y yo intenté hacer que la cosa fuera más sexual, levantando lo más posible mi culo y hasta abriendo un poco las piernas para que mi novio tuviera un mejor acceso a mis partes, cosa que no dudo en meter mano. Yo por mi parte, no quería tener un orgasmo frente a mis amigos, por lo que intentaba pensar en algo más, y parece que mi novio era consciente de ello, ya que no paraba de meter sus dedos por mi vagina y mi culo, y de haber estado solos ya hacía rato hubiera tenido mi orgasmo, pero dadas las circunstancias lo estaba tratando de evitar. Fue Andrea la que intervino en la situación y prácticamente me salvo de una situación que ya se me estaba saliendo de las manos:

-Chicos, mejor vayan al cuarto, que aquí están muy incomodos así!!! Se hizo un silencio sepulcral, mi novio se detuvo de inmediato y a los pocos segundos los cuatro estallamos en carcajadas, aunque yo por dentro estaba deseando seguir los consejos de mi amiga, sabía que eso no sería así. Nos relajamos nuevamente y la rutina normal siguió por el resto de la mañana.

Cerca del mediodía, nos retiramos hacia las habitaciones para luego ir a almorzar los cuatro juntos nuevamente. Yo tenía el presentimiento que ese almuerzo en grupo nuevamente serviría para que tanto mi novio como mis amigos se aprovecharan para seguirme exhibiendo donde fuéramos, pero la verdad sentía que quería eso, y no intentaría por ningún motivo detenerlos. Ya en la habitación le pregunté a mi novio:

-Quieres que me ponga algo en especial para ir a almorzar?

-Mmmm, pues, luces fantástica así, igual que siempre, cúbrete las tetas con algo a tu gusto, y estarás bien me parece.

-Como tú gustes amor. No quieres que me ponga nada más en la parte de abajo?

-Si tú lo deseas perra, o si quieres ir en el hilito lo puedes hacer.

-Me pondré un pareo si te parece.

-Está bien, como tú gustes. Quería tener algo más que solo el micro hilito en la parte de abajo, pues sabía que posiblemente jugarían con migo este trio. Busque el vestidito rosa que usé la segunda noche, que en realidad era un pareo en la parte baja y un tira de tela en la parte superior amarrada sobre mis tetas. Esta vez, a diferencia de la vez anterior, la amarre cruzada para que mis tetas no se salieran tan fácilmente, y dado que traía el hilito abajo, podía amarrar el pareo por un costado.

-Qué te parece así amor? Pregunté a mi novio.

-Me parece que lucias mejor antes de colocártelo, pero te ves muy bien así también.

-Si quieres me lo quito amor.

-No no, mejor así, creo que es más prudente. Le sonreí, él también estaba listo así que salimos de nuestra habitación, nuestros acompañantes también justo están saliendo, y una vez con ellos nos dirigimos hacia el restaurant del hotel. Había bastante gente adentro, no me lo esperaba, pues todo el rato que estuvimos en la piscina no vimos a nadie, ni tan siquiera a los del aseo de la alberca, pero cosa contraria, el restaurante estaba bastante abarrotado. Por un lado, me alivio venir vestida como estaba, ya que si mi novio hubiese tomado la oferta de quitarme lo que me había puesto con suerte hubiera entrado al sitio con únicamente un micro hilito sobre mi cuerpo, y eso hubiera sido muy vergonzoso dado la cantidad de gente. Igual, mi cuerpo era el centro de atracción y el punto al que se dirigían todas las miradas del local, y aunque no tenía nada a la vista directamente, el pareo no me tapaba ni todo el culo ni la parte delantera del micho hilito, dejando ver una de mis nalgas casi por entero y la mitad de la otra por atrás, con el hilito totalmente invisible entre mis nalgas, y por adelante se entreveía el pequeño triangulito que luchaba por sostener tras de sí la línea de vellos sobre mi vagina. Al echar un vistazo por el lugar, logré divisar al chico que me sorprendió con las tetas al aire por la mañana, estaba sentado en una mesa junto a 3 chicos más, debían ser sus compañeros. De momento él no me había visto, pues justamente él era quien estaba de espaldas a nosotros, pero dos de sus amigos ya habían notado nuestra presencia, especialmente la mía, y no tardaron en alertar a sus compañeros. El chico que me había visto, al verme de nuevo empezó a hablar con sus amigos, supuse que les había contado de su encuentro de la mañana y ahora les diría que yo era la chica, aunque yo no podía estar segura de eso y era solamente mi idea, pero por el tipo de gestos pensé que seguro que era eso. Nos sentamos alrededor de una mesa, bastante cerca de donde los chicos en mención estaban, esta vez, mi el chico en mención estaba justo frente a nosotros, aunque yo le daba la espalda, pero era lo primero que su mirada podía ver cuando veía hacia nuestra mesa. En seguida ordenamos y el camarero se retiró. Frente a mi estaba Andrea, quien empezó a notar las miradas de los chicos de la mesa en cuestión, si bien la mayoría de hombres me miraban, ellos lo hacía con mayor frecuencia y se notaba que hablaban de mí.

-Jess, así es como debiste usar ese vestidito la otra noche cuando nos encontramos, cruzado, y con ese hilito por abajo, no como ibas ese día, me dijo Andre como para romper el silencio de la mesa.

-Bueno, es que ahora sé que estamos en compañía de ustedes, además, ese día habíamos salido tarde en la noche, no a medio día, era una ocasión diferente, me defendí.

-Igual fui yo quien le dijo a Jess como quería que usara el vestidito ese día, agrego mi novio.

-Sí, está bien, pero no creo que le dijeras a ella que fuese sin nada por abajo. Volvió al ataque Andrea!!!

-Bueno, eso si no se lo dije, pero ella siempre anda así, no era algo de extrañar, trató de defenderme de nuevo mi novio.

-Igual, soy yo la que se viste o desviste, y si a alguien le ven sus partes es a mí, a nadie más, dije yo de manera tranquila y en la voz más baja posible para que nadie más me escuchara fuera de la mesa. En ese momento, me levanté de la mesa y tomé rumbo al lavatorio.

-Iré a lavarme las manos, dije. Me fui directo a los servicios, los cuales estaban atrás de una puerta, al entrar, vi un pasillo largo y al fondo dos puertas, una era los servicios de varones y la otra la de las chicas. Entré al que me correspondía y me lave las manos. Al salir, mi sorpresa fue ver al chico de la mañana, parecía me había seguido hasta ahí y me estaba esperando.

-Hola preciosa, me dijo.

-Hola!

-Disculpa mi atrevimiento, Jessica, es tu nombre cierto?

-Como lo sabes?

-Te seguí con la vista en la mañana y vi a cual habitación entraste, luego fui a la recepción y logré mirar en el libro del hotel tu nombre, y el de un hombre que está en tu habitación, supongo tu esposo.

-Ahhh, eres curioso entonces!!! Y bueno, sí, mi nombre es Jessica, cual es el tuyo?

-Soy Fabián.

-Pues mucho gusto Fabián.

-El gusto es todo mío Jessica. Y dime, en serio estarás en el concurso mañana?

-Sip, ahí estaré, participando.

-Y lo de la promesa fue en serio?

-Solo tendrás que estar ahí para averiguarlo.

Mmmm… usaras un short como el que traías por la mañana? Se te miraba el culo muy rico Jessica…

-Ja ja ja ja ja… no, no usaré un short así.

-Ahhh, que pena, con ese short te mirabas de infarto.

-Siento desilusionarte, pero en realidad usaré un hilito como este que traigo puesto. Dicho esto, solté el nudo de mi pareo y me lo quité, mostrándole el hilito que tenía puesto. El chico se quedó paralizado por un instante, y tuve que hablarle de nuevo para que saliera de su trance.

-Te parece que mejor debería usar el short?

-Bue- bue-bueno… de ser así, creo que ese hilo será la mejor elección…

-A mí me pareció igual, pero bueno, una segunda opinión nunca está de más. Bueno, me tengo que ir, un gusto Fabián. Dicho esto, me di vuelta y me coloque el pareo para regresar a la mesa como si nada pasara. Al llegar a la mesa, los platos ya estaban servidos. Nos dedicamos a comer de inmediato. Mientras comía a mis espaldas escuchaba el cuchicheo de Fabián con sus amigos, evidentemente hablando sobre mí, aunque no sabía exactamente qué. Al terminar de comer, los chicos nuevamente se levantaron como es su costumbre para ir a cancelar la cuenta, dejándonos a Andre y a mi solas en la mesa.

-Jessica, esos chicos no paran de hablar de ti. Se ve que les has provocado!!!

-Tú crees? No tengo idea de quienes son, los has visto tú antes? Le dije a Andre aludiendo inocencia.

-La verdad no estoy segura, pero me parece ya los había visto en el Hotel.

-Pues será que están hospedados aquí, le dije yo con frialdad.

-Pues sí, pero igual, no te quitan ojo de encima!

-Han de ser unos mirones!!! Ja ja ja.

-Seguro que sí, vamos, los chicos están listos, dijo Andre. Nos levantamos en seguida, yo salí tras mi amiga, lo que me dejo con libertad de mirar a Fabián y al pasar cerca de él le cerré un ojo y le lance un besito para que sus amigos vieran que lo que él decía debía ser verdad, eso en realidad sin saber que les habrá dicho!!!

Salimos del restaurante y nos dirigimos de regreso al hotel, llegamos a las sillas donde aún estaban las toallas que habíamos dejado en la mañana ahí. Yo procedí a quitarme el pareo, y en seguida me quité la tira que me cubría las tetas, dejando estas al aire libre de una vez, me senté en mi silla y le dije a mi novio:

-Me pasarías crema en la espalda por favor amor?

-Con mucho gusto, dijo el, y sin perder el tiempo tomo el bronceador y me lo empezó a pasar por la espalda.

-Recuéstate boca abajo Jess, me dijo, para terminar de pasarte bien el bronceador! Hice caso inmediatamente, y me acosté boca abajo como me dijo él. Nuevamente empezó el jugueteo en mi culo, mientras observaba como Carlos le daba crema en la misma posición a Andrea. Ella al igual que yo, había decidido sacarse las tetas y tumbarse boca abajo. Pronto mi novio termino de hacer lo suyo, y se recostó sobre su silla para descansar. Al cabo de un rato, cuando ya la comida se nos había bajado un poco, mi novio y Carlos se fueron hacia la piscina, y no tardaron mucho en invitarnos a unirnos a ellos. Andrea no titubeo mucho, se levantó de la silla, se colocó la parte superior del bikini y se lanzó a la piscina. Yo me sentía aperezada, pero igual, después de algunas insistencias de mi novio y Carlos me levante y me fui hacia la piscina. Empecé metiendo un pie en el agua, no quería lanzarme, pero en eso Andrea empezó a arrojarme agua desde la piscina, lo que me obligo a tirarme de clavado a la piscina. Empezamos a jugar en la piscina, lanzándonos agua y esas cosas, hasta que Carlos pensó en jugar un partido de vóley acuático.

-Debemos conseguir un balón, dijo Carlos.

-En el hotel deben tener, dijo mi novio.

-Hay que pedirle una bola al recepcionista, les dije.

-Anda Jess, ve tú, que ya le tienes bastante confiancita a Juan, exclamó Andrea.

-Nooo, yo no quiero, les dije.

Jessi, no te hagas de rogar, ya sabes que le tienes mucha confianza, de seguro él te da el balón.

-Bueno, bueno, les dije, yo iré. Nadé hasta las graditas de la piscina, salí por ellas y me fui hacia la recepción. Mis tetas botaban al ritmo de mis pasos, entré a la recepción, me di cuenta que aún estaba tan mojada que iba mojando todo tras de mí, así que me detuve en la entrada y desde ahí llamé a Juan:

-Juan!!! Discúlpame, tienes un balón de vóley que nos puedas prestar? Juan estaba de espaldas a la entrada, y al darse vuelta a mi llamado quedó perplejo al verme prácticamente desnuda.

-Disculpa???

-Hay juan, no te hagas, que ya me has visto con menos, préstame un balón, insistí.

-Ehhh, bueno, dame un minuto y te lo llevo.

Te espero aquí o me lo traes tú?

-Como gustes Jessica

-Bien, entonces esperaremos en la piscina, que me muero de frio acá!!! Dicho esto me di media vuelta y me fui directo a la piscina, al llegar nuevamente me lance de clavado en el agua y nade por debajo del agua hasta llegar donde mi novio. Al salir del agua me preguntó:

-Que te han dicho?

-Ya me la van a traer, y no había terminado de decirlo cuando vi que Juan salía de la recepción con un balón en sus manos.

-Aquí está el balón que me pediste Jessica! Dijo Juan.

-Lánzala acá, le conteste. El la tiro hacia mí de inmediato. Atrapé el balón y le dije:

-Muchas gracias Juan, eres un sol! Empezamos a jugar, hicimos equipos por pareja, yo con mi novio y Carlos con Andrea. Noté que Juan se había quedado a la orilla de la piscina observando “el juego”, aunque más me daba la impresión que observaría solo el juego mío más que el partido de vóley. Yo quedaba justo del lado que estaba el, aunque estaba de espaldas a él, aun así, tendría un bonito espectáculo con migo, y yo me aseguraría que así fuera. Como ninguno de nosotros era profesional en el asunto, pasábamos más tiempo recogiendo el balón de lo que este pasaba en el aire, y más de una vez tirábamos el balón fuera de la alberca, por lo que alguno debía salir de la piscina para traerla, exceptuándome a mí, pues Juan estaba de mi lado, y si la bola se iba por ese lado el me la pasaba. Pronto Juan se dio cuenta que esa situación no le estaba favoreciendo, pues si yo salía de la piscina el espectáculo seria mayor, así que, se fue como a hacer otras labores, aunque se quedó bastante cercano a la piscina, de modo que estaba atento a lo que sucedía. No pasó mucho tiempo para que el balón saliera de la alberca por el lado que estaba yo, así que me tocaba ir a traerla, me aproximé a la gradilla y al empezar a salir noté como Juan no perdía detalle de mis movimientos. Sentí como la parte delantera de mi trajecito de baño estaba totalmente hundida entre mi vagina, al punto que prácticamente era un hilito, dejando ver absolutamente todo, incluso la línea de vellos de mi pubis, no me acomodé nada y salí como la más tranquila a traer el balón. Cuando tuve el balón en mis manos lo lancé a la piscina, y en ese momento traté de recomponer un poco mi tanguita, al menos para intentar tapar mis vellitos, regresé y me clavé nuevamente en el agua para continuar el juego. Jugamos por un rato más, luego salimos y tomamos nuevamente el sol, y así se fueron pasando los minutos y las horas de la tarde. Al ser más menos las cuatro de la tarde, mi novio dijo a nuestros acompañantes que debíamos retirarnos, pues teníamos algunos asuntos pendientes, yo no estaba segura a lo que se refería, pero igual hice caso de lo que decía el, me levanté, y me dispuse retirarme hacia la habitación, momento en el que mi novio dijo:

-Espérame aquí Jessi, regreso en seguida para irnos.

-Está bien amor, contesté yo sin estar segura de lo que se trataba. Lo que si estaba claro era que yo no iría a la habitación, por lo que decidí colocarme los trapos que tenía ahí con migo, pues evidentemente mi novio no quería que fuera semidesnuda a donde quiera que fuéramos. Justo me estaba terminando de colocar los zapatos cuando mi novio salió de la habitación y se dirigió hacia mí.

-Estas lista Jessi?

-Sí, dame un segundo que termino de ponerme este zapato.

-Bien, date prisa!

-Voy voy… Dicho esto, me termine de colocar mi zapato y estaba lista para marcharme. Nos despedimos de nuestros amigos y nos retiramos. Al salir por el portón del hotel le dije a mi novio:

-Para donde vamos amor?

-Iremos a comprar algunas cosas perrita. Recuerda que mañana debes salir a correr nuevamente con migo temprano, pero esta vez deberás ponerte a mi ritmo, así que tendrás que ir mejor preparada que hoy. En ese momento recordé lo que había sucedido por la mañana, y sabía que como mínimo debería comprar unos zapatos adecuados para correr. Nos dirigimos a un centro comercial que estaba relativamente cerca del hotel, quizás a unas 3 o 4 cuadras de distancia. Al llegar nos dirigimos directo a una tienda de artículos deportivos. Entramos y noté que la vendedora era una chica hermosa, con un bronceado precioso y un cuerpo de infarto, se notaba que era una chica de gym, llevaba ropa deportiva, muy ceñida, sin llegar a ser vulgar, pero si se le miraba muy sexy.

-Buenas tardes, en que puedo ayudarles? Nos dijo la chica. Por un momento se hizo un silencio, situación que me dió a entender que mi novio esperaba que fuera yo quien hablara.

-Hola, quisiera comprar un conjunto algo similar a lo que traes puesto, le dije.

-Claro que sí, tenemos varios estilos y colores para que puedas escoger, me contestó ella. Nos fuimos hasta unos estantes donde tenía muchos conjuntos de esa clase, el que ella traía puesto era un pantalón negro, semi largo, que le llegaba un poco por encima de la espinilla, y un top negro también, sin mangas, ambos tenían líneas rosadas a los costados, llevaba unas medias gruesas blancas y unas tenis negras con rosado también.

-Qué tipo buscas? Largo, corto, una pieza, dos?

-Dos piezas, corto contesté yo!

-Bien, creo que tengo varios que te podrían gustar. Empezó a sacar varios conjuntos del tipo que le dije, y de verdad que estaban todos muy bonitos, en diversos colores, pero me llamó la atención uno sobre todo. Era blanco y naranja, pero lo que me llamó la atención no era tanto el color sino más bien el tamaño del pantaloncillo, que más bien parecía una mini. Lo tomé y al mirarlo mejor me di cuenta que en efecto era una mini, no pantaloncillo.

-Ese conjunto es de tres piezas, me dijo la chica… pero no veo el short. Déjame ver, debería estar por acá. Empezó a revolver todas las cosas en busca del short que debía llevar el conjunto, aunque yo por dentro empecé a pensar que quería ese conjunto, y que en realidad no me interesaba el short, lo utilizaría de todos modos sin él, ya me estaba gustando la idea de correr solo en la mini. La chica por su parte, seguía buscando el short sin éxito.

-Creo que no está, dijo finalmente.

-Me parece precioso este, es del color que me gusta, le dije yo refiriéndome al conjunto que quería.

-No creo poder vendértelo, no está completo.

-Y si decidimos comprarlo de todas maneras, así incompleto? Insistí.

-Pues… no sé, quizás pueda buscarte algo para que puedas usar por debajo de la mini en algún color similar, dijo ella, sin saber que justamente mi idea era usarlo sin nada.

-Quizás me puedas hacer un descuento, propuse.

-Está bien, llamaré a mi jefe para preguntarle, me dijo ella. Inmediatamente se fue para el mostrador y llamó a alguien.

-Eres una puta Jess, me dijo mi novio.

-Porque amor? Le dije de manera inocente!!

-Todavía preguntas, está claro lo que pretendes.

-Ja ja ja, hay amor, lo que quiero es poder correr con tigo!

-Si claro, y lo harás en una mini, me imagino que sin nada más!

-Pues no es mala idea ahora que lo mencionas, le dije.

-Ja ja ja, como si no fuera lo que tienes en mente… perra! Me sonreí y le guiñe un ojo a mi novio, momento en el que se acercaba la dependienta nuevamente hacia nosotros.

-Dice mi jefe que dada la situación, les puede hacer un 30% de descuento en el conjunto.

-Está bien, lo acepto entonces.

-Si gustas te lo pruebas para que estés totalmente segura, me dijo la chica.

-Está bien, igual voy a necesitar un par de zapatos “tenis” y unas medias.

-Los zapatos están por allá, y las medias también. Nos dirigimos hacia el lugar, y desde lejos vi las tenis que quería, Llegué hasta ellas y le pregunté directamente sobre esas tenis en mi número:

-Tienes estas en mi talla?

-Sí, claro, ya te las traigo.

-Iré al probador, le dije.

-De acuerdo, ahí te paso los zapatos.

-Y unas medias, por favor, le dije a la chica mientras me dirigía al probador con el conjunto. Mi novio venía atrás mío, y al llegar a la puerta del probador me dijo:

-Eres una perra y lo sabes.

-Lo se amor, y también sé que te gusta que lo sea. Dicho eso, di media vuelta y entre en el probador. Cerré la puertilla con la tranque y me quite lo que traía puesto, incluso el hilito del traje de baño. Me coloqué el top primero, el cual me quedo súper ajustado, pero perfecto, y al colocarme la mini, me di cuenta que era más corto de lo que pensaba, y que era muy ajustado, prácticamente imposible que me tapara bien mi culito. En el momento que terminé de hacer esto escuche a la chica que afuera me decía:

-Aquí tengo los zapatos, si gustas te los paso de una vez.

-Tranquila, salgo enseguida. Dicho esto abrí la puerta y salí. La chica se quedó mirándome de arriba abajo, se le notaban los pensamientos en sus ojos, evidentemente pensando lo puta que me miraba.

-Te queda muy bien, dijo ella, y agrego, tienes un cuerpazo digno de lucir de esa manera.

-Gracias, tu igual, le dije. Ella sonrió a mi respuesta, e inmediatamente eso hizo que cambiara su forma de mirarme, aunque sabía que mi próximo movimiento haría que nuevamente me mirase con la cara que puso al inicio. Tomé los zapatos de sus manos y me dirigí a una banquita que había en el salón, ella vino con migo y me entregó una medias que también tenía en sus manos. Al sentarme en la banquita, mi sexo desnudo quedó totalmente desnudo, a la vista de la chica, quien hasta ese momento quizás pensó que yo al menos traía el hilito del traje de baño rosadito que ya me había visto posiblemente. Tal cual pensé, su mirada volvió a ser la anterior. Yo tranquilamente me coloqué las medias, y luego los zapatos, me levanté y me recompuse la mini, intentando tapar hasta donde fuera posible mi trasero.

-Me gusta, le dije a mi novio.

-Se te ve espectacular, me contesto él.

-Sí, te ves muy bien, aunque si está un poco corta la mini, y sin el short! Dijo la chica.

-A mí me gusta, y me gusta más así sin el short, me siento más cómoda, les dije. La mirada de la chica se volvió más penetrante aun, y yo miraba a mi novio el cual hacia una cara de incredulidad, al mismo tiempo que se sonreía, indicativo de que le estaba gustando mi actuación, o al menos, así lo sentía yo.

-Bien, nos llevamos todo, si gustas nos preparas la factura, le dijo mi novio a la chica. Yo por mi parte, regresé al vestidor, donde me quite las prendas, y al ponerme las que traía decidí no ponerme el hilito, usaría solamente el pareo en la parte de abajo, igual a como lo había usado la segunda noche de la semana, con el nudo al frente para tapar mis vellitos.

Salí del cambiador y me fui directo al mostrador, ahí estaba ya mi novio con la chica.

-Desean algo más? Pregunto ella.

-No, creo que tenemos todo, le contestó mi novio.

-Bien, entonces estamos listos.

-Muchas gracias por todo, le dije a la chica.

-Gracias por su compra, les esperamos pronto, contestó ella. Salimos del local y nos pusimos a caminar en dirección a la salida, de pronto mi novio me dijo:

-Te has quitado el hilo, verdad perra?

-Si amor, es que estaba mojado aun, me excusé yo.

-Eres una puta Jessica, vete para la habitación de inmediato, y me esperas ahí hasta que yo regrese, perra! Me dijo mi novio con un tono de dominante, aunque también sentí el juego en sus palabras. Tomé dirección hacia el hotel, tal como me lo había ordenado mi novio. En una mano llevaba la bolsa con la ropa y en la otra llevaba la caja de los zapatos. De pronto sentí como el nudo de la pañoleta que tapaba mi parte inferior empezó a soltarse poco a poco, ayudado por el viento que soplaba bastante fuerte y me levantaba la pañoleta constantemente, y que yo no podía controlar debido a los paquetes que traía en mis manos. Llegué hasta un muro, donde pude por fin colocar las cosas que llevaba en mis manos, momento en el que sentí como la pañoleta se me deslizaba hacia las piernas dejando mi culo totalmente desnudo. Había mucha gente en la calle, pues era la calle principal de la ciudad y a una hora de alto tránsito, así que no habrán sido pocos los que vieron el tremendo espectáculo, y aunque duro unos pocos segundos, quizás menos, no se hicieron esperar los chiflidos y piropos pasados de todo por parte de varios chicos. Rápidamente me acomodé el pareo, me hice el nudo fuerte a la altura de mi vientre y seguí mi camino en cuanto pude. Las miradas de varios caballeros que me encontré de camino se perdían entre mis tetas y mi vientre, buscando en cuál de los dos sitios podrían ver algo mejor, y si bien es cierto llevaba bien acomodadas mis tetas atrás de la tela, la cual llevaba cruzada, el movimiento de mis tetas libres se hacía muy evidente, y claro, sin dejar de lado la parte baja, en la cual el nudo frente a mi pubis evidenciaba bastante claramente la ausencia de cualquier otra prenda bajo la pañoleta.

Al llegar al hotel, en una de las sillitas de la piscina se encontraba Fabián, el chico de la mañana, quien posiblemente recién habría salido de sus labores. A su lado se encontraba uno de los chicos amigos de él. También note que ya Carlos y Andrea se habían retirado de la zona, por lo que solo los dos chicos estaban ahí. Fabián me saludó justo cuando iba pasando por su sitio.

-Hola Jessica, que agradable verte de nuevo.

-Hola Fabián, lo mismo digo! Me detuve para no ser irrespetuosa, aunque sentía que con eso estaba desobedeciendo a mi novio, aunque pensé que no podría darse cuenta!

-Sabes Jessica, le dije aquí a mi amigo Roger que participarías mañana en el concurso de camisetas mojadas, pero él no me cree.

-Y porque no le crees Roger? Dije como para seguirle el juego a Fabián.

-Pues, es que Fabián no suele ser muy sincero que digamos, y bueno, una chica como tú no suele participar en esos concursos.

-Ah no, porque piensas que una chica como yo no suele participar en concursos de esos? Acaso te parece que no tengo lo necesario para ese concurso?

-No, no Jessica, discúlpame si me malinterpreté, es solo que me pareces que eres una chica de mucha clase como para participar en un concurso de ese tipo, me refiero, un concurso de pueblo, tu eres más como de concursos del tipo profesional, no sé si me explico.

-Entiendo a lo que te refieres, pero bueno, creo que deberás creerle a tu amigo Fabián, ya que si voy a participar en el concurso, quizás no soy una chica de alta clase como tu pensabas!

-Pues, continuó Roger, si participas, y lo haces en el traje de baño que me ha dicho Fabián fijo que ganas.

-Ah, y que te ha dicho Fabián que pienso utilizar para el concurso?

-Pues, él dijo que le modelaste un pequeñísimo hilo dental hoy en el restaurante, y bueno, nosotros igual pudimos ver algo de esa fantástica prenda bajo ese pareo que traes.

-Modélala de nuevo Jessica, si no es molestia para ti por supuesto, pidió Fabián! Al escuchar esas palabras recordé que el hilito dental estaba en mi bolsito, no sobre mi cuerpo, por lo que, me entro la diablita dentro. Metí la mano dentro del bolso al tiempo que les decía:

-Lo siento chicos, no lo traigo puesto ya, momento en el que sacaba del bolso la pequeñísima prenda aun húmeda. Los chicos se quedaron con la boca abierta, hasta que Fabián tomo acción:

-Bueno, entonces modélanos el que traes ahora, ya que imagino que debe ser igual de diminuto, dijo inteligentemente. Yo Me sonreí, al tiempo que coloque las cosas que había en mis manos sobre una de las sillas, y me llevé las manos al nudo del pareo.

-En realidad te equivocas Fabián, ya que no traigo ningún hilito abajo del pareo, dicho esto, me solté el nudo del pareo y les deje ver a los dos mi vagina totalmente desnuda y palpitante, pues toda la situación me había provocado una excitación tremenda. Me di una vuelta completa para que miraran bien todo lo que había, y luego me volví a amarrar el pareo en su lugar, sin decir nada más, tomé mis cosas y me marche hacia la habitación dejando a los dos chicos con una tremenda erección más que evidente entre sus piernas.

Al entrar al cuarto, lo primero que pensé fue en buscar alguno de mis consoladores y enterrármelo hasta lo más profundo de mi ser, pero reaccioné al recordar la prohibición que me había hecho mi novio. Debatí mentalmente por un rato, ya que de todas formas no había obedecido al pie de la letra el mandato de mi novio de venirme directo hacia la habitación, aunque también pensaba que no me había dicho que no me detuviera a hablar con nadie, así que técnicamente no había faltado a su palabra, mientras que el masturbarme si sería una falta directa a su mandato de abstinencia, además, con lo que suelo tardarme en eso y con lo rápido que me vuela el tiempo cuando me masturbo pensé que de seguro me encontraría con el consolador en uno de mis agujeros. Decidí que mejor no haría nada, igual mi novio posiblemente no tardaría mucho en llegar. Me senté en la cama y me puse a mirar televisión. Pronto oscureció y aun mi novio no llegaba. No fue sino hasta pasadas las ocho cuando mi novio por fin llego a la habitación, entro con un par de bolsas más, se notaba que había ido de compras.

-Veo que estás aquí tal cual te dije.

-Si amor, aquí te estaba esperando.

-No te desviaste en tu regreso a la habitación?

-No amor, como me dijiste, me vine directo hacia acá.

-Hummm, entonces, porque hay unos chicos comentando ahí afuera sobre ti, y lo tremenda puta que eres. Era evidente que mi novio se había dado cuenta que me detuve a hablar con Fabián y Roger. Era momento de pensar algo rápido.

-Me detuve a saludarles amor, no me desvié de mi camino.

-Ahhh, te detuviste a saludarles, y de paso enseñarles tu cuerpo desnudo! Mi novio se escuchaba dominante, y evidentemente estaba disfrutando su papel, y más aún disfrutaba ya que tenía mucha información, cosa que no esperaba en ese momento. No tenía escapatoria en ese momento, mi mente no podía pensar en alguna salida de esa situación, por lo que mi silencio se hizo mayor hasta que mi novio volvió a hablar:

-Te exhibiste para ellos como una perra verdad?

-Si amor, lo hice.

-Pues eso merece un castigo perra. Levántate! Me levanté de un brinco de la cama, y me coloqué frente a mi novio.

-Desnúdate perra! Mandó el. Yo inmediatamente me quite los dos trapos que cubrían mi cuerpo y me iba a agachar para quitarme los zapatos, momento en el que mi novio me tomó del pelo y me impidió seguir.

-Los zapatos no perra. Acércate a esa silla perra. Me acerqué a la silla, donde él me tomó y me colocó a su gusto. Me puso de frente a la silla, pero por la parte trasera de esta, es decir, frente al respaldo, tomo mi cuerpo y me obligó a inclinarme por sobre el respaldo, incrustándome la parte superior del respaldo en mi estómago y bajando el torso de mi cuerpo hasta tomar con mis manos las patas delanteras de la silla, estaba totalmente expuesta en esa posición, mi culo era la parte más alta de mi cuerpo en ese momento. En ese momento, sin decir nada, mi novio buscó una de las bolsas que traía y de ella saco varias cintas negras de tela, que resultaron ser fajas cuando las pude ver mejor. Con ellas amarró mis piernas y mis manos a las cuatro patas de la silla dejándome totalmente inmóvil y vulnerable a cualquier cosa que él quisiera hacer con migo. Entonces dijo:

-Has sido desobediente perra, y mereces ser castigada como la puta que eres.

-Lo que tú digas amor, castígame como tú quieras. Yo trataba de ser la más sumisa aunque por dentro estaba esperando ser embestida por la picha de mi novio, mi posición y situación me daba a entender que me reventaría mi culo a más no dar. Mis pensamientos empezaban a ver la luz, pues mi novio procedió a desnudarse, dejando aquel hermoso tronco a la vista de mis ojos, mi vagina estaba inundada, y palpitaba esperando ser penetrada lo antes posible. Mi novio se acercó por adelante hasta donde yo estaba, y sin decir nada me tomó del cabello y tiro mi cabeza hacia arriba, lo más alto que pudo, inmediatamente colocó su picha en mi boca a lo que reaccioné abriendo lo más posible para intentar tragar su aparato. Estaba totalmente inmóvil, mi novio estaba en una posición bastante incomoda evidentemente, pues por mi postura mi cabeza estaba muy abajo y tras de eso no era capaz de levantar mucho mi cabeza, mi novio prácticamente estaba de rodillas cogiéndose literalmente mi boca con su pene. Yo intentaba producir la mayor cantidad de saliva posible para que su sensación fuera máxima, aun cuando no soy una ferviente adicta a dar sexo oral, la situación en la que estaba me tenía al borde del éxtasis.

-Que perra que eres Jessica. Te gusta que te den verga verdad. Yo quería contestar pero me era imposible, tenía aquel tremendo aparato totalmente metido hasta mi garganta, al punto que incluso se me hacía difícil respirar, ni que se diga intentar pronunciar palabra alguna. Pasaron unos diez minutos a mi juicio, puede que fueran solo dos, o puede que fuera media hora, no estoy segura, de esa situación en la que mi novio se follaba mi boca, hasta que finalmente se empezó a descargar todo su semen, empezó en mi boca pero terminó sacando su picha de ahí y dejando toda mi cara y pelo totalmente bañados de semen. Fue una descarga tremenda, sentía que no podía abrir uno de mis ojos por un pringuete de semen que tenía justo ahí. Mi sexo estaba inundado de fluidos, palpitante, y pidiendo a gritos ser penetrado, pero tenía la sensación de que eso no iba a ocurrir, incluso, sabía que debería guardar silencio pues cualquier palabra que dijera en ese momento podría servir para aumentar mi castigo. Efectivamente, mi novio se retiró al lavabo sin decir nada, dejándome atada a la silla. Yo por mi parte no podía mover más que la cabeza, y eso tampoco con mucha libertad. Al regresar, mi novio me miró y dijo:

-Esto es lo que sucede cuando no eres obediente, no me había percatado de que tenía en su mano una paleta algo similar a las que usan para jugar ping-pong, con la que azotó mi culo de manera sonora, sacándome un chillido que debió escucharse hasta China. El muy cabrón, evidentemente había ido a un sex shop, y se había armado con varios utensilios para jugar con su “esclava”. Me volvió a golpear en el culo, sacándome otro aullido, al tiempo que me decía:

-Eres una perra desobediente verdad?

-Si amor, soy desobediente y merezco ser castigada, le dije yo como para intentar aliviar el castigo y demostrarle que era su sumisa esclava, pero mi intención lejos de disminuir el castigo provocó otro azote en mi culo.

-Pafff… sonó el golpe, seguido por mi alarido.

-Hoy te voy a castigar para ver si aprendes a no ser tan perra! Escuché que se alejó de mi un poco, buscaba algo en las bolsas que traía, pero yo no me atrevía a mirar, no sé si por miedo o para que el no mi viera mirando. Regresó hasta mi posición, por atrás mío, y tomó mi clítoris con dos de sus dedos, me lo jaló fuerte provocándome una sensación de éxtasis que casi trae consigo un orgasmo, hasta que sentí como me apretaba mi clítoris con algún utensilio frio. Era una prensa que había colocado, era metálica, y en su extremo tenía un gancho del cual colgó un peso adicional. Lo puso en el aire, como suspendido a la altura de mi clítoris y lo dejo caer. Al llegar al punto de tensión, todo el peso del instrumento debía ser soportado por la prensa que estaba sujetando mi clítoris, y aunque la prensa era bastante fuerte y me hacía bastante daño, el peso del aparatito fue mucho y la prensa se soltó de un tirón, volviendo a provocar en mi un aullido que apagó el sonido del aparato al caer al suelo. Mi novio entonces, tomo el aparatero del suelo nuevamente y lo volvió a colocar en su lugar, es decir, con la prensa en mi clítoris, pero esta vez, no lo dejo caer, sino que lo suspendió en su posición de reposo con cuidado, y observo que de esa manera se sostenía gracias a la prensa.

-Saldré a cenar, espero que cuando regrese la prensa esté en su lugar perra. Eso no me lo esperaba. Quería decir que me dejaría atada a esta silla el resto de la noche, con una prensa lastimando mi clítoris mientras él se iba cómodamente a cenar. Quería protestar, pero dadas las condiciones sentí que cualquier protesta en vez de ayudar posiblemente empeoraría mi situación, claro, peor que eso me pareció que sería imposible, pero conociendo a mí novio preferí mantener silencio. Mi chico se puso su ropa, y antes de salir dijo:

-Pórtate bien perrita, y tu suerte podría cambiar, por ahora le diré a tus amigos que estas con jaqueca y te has quedado descansando en la habitación.

-Si amor, que disfrutes, le dije, momento en el que cerró la puerta dejándome atada a la silla y con una tremenda prensa tirando de mi clítoris. No sabía en qué pensar, que hacer, mi estómago me dolía por la silla que se incrustaba ahí, estaba atada de manera muy ajustada, pensé que hasta podría ser peligroso, que haría si había un temblor, mil cosas pasaban por mi mente. El tiempo transcurría como en cámara lenta, de hecho, no tenía noción de tiempo. Escuche mi celular sonar un par de veces sin poder hacer nada. Al rato de estar en aquella posición, empecé a sentir como la prensa se empezaba a resbalar del clítoris, comprendí que pese a la incomodidad de la situación, a lo mal que me sentía mi excitación no había disminuido, y por alguna razón mi sexo seguía totalmente inundado y provocaba que la prensa resbalara del clítoris. Mis piernas estaban ligeramente abiertas, ya que estaban amarradas una en cada pata de la silla, por lo que no podía intentar con mis piernas sostener el peso del aparato. Intenté entonces mantenerme lo más quieta posible, situación que pareció funcionar pues deje de sentir que la prensa se deslizara. El tiempo pasó y se me hizo eterno, hasta que por fin escuche el sonido de la llave en la cerradura de la habitación. Al abrirse la puerta, no fue precisamente mi novio el que entró por ella, más bien era Andrea, quien al verme en mi situación se quedó paralizada.

-Que haces ahí Jess? De momento no supe que decir, así que contesté con otra pregunta:

-Que haces tú aquí Andre?

-Pues vine a ver como estabas, tu novio nos ha dicho que te dolía la cabeza, pero creo que no es del todo cierto, a menos de que esto sea una nueva receta para las jaquecas.

-Y es que no acostumbras a tocar la puerta? Pregunté yo nuevamente.

-Sí que acostumbro, pero como pensé que estabas mal no quería hacerte levantar de la cama, así que le pedí la llave a Juan para entrar. Pero veo que la situación es otra!!!

-Pues sí, en ese momento escuche un estruendo en el suelo, que fue el aparato cayéndose al soltarse de mi clítoris, la conversación había provocado mucho movimiento hasta que este se soltara. Tenemos un jueguito montado con mi novio, y hoy perdí yo así que este es mi castigo, y ahora estoy a punto de recibir otro castigo más si mi novio regresa y me encuentra sin la prensa en mi clítoris. Yo intentaba acomodar la situación para que Andrea no hiciera muchas preguntas y se retirara lo antes posible.

-Estás loca tu Jess, ya este juego me parece muy “hardcore”, pero bueno, cada quien con sus gustos. Mejor me voy antes de que tu novio venga.

-Nooo… espera Andre, me tienes que ayudar, que si mi novio regresa y ve eso en el suelo me pondrá más castigos, ayúdame por favor.

-Hummm, bueno. Andrea se acercó y tomó el aparato del suelo, observó mi clítoris y me dijo:

-Jess, tienes el clítoris totalmente rojo!

-Tu solo coloca la prensa ahí, por fa, no preguntes más. Dicho esto, ella jalo mi clítoris y me puso la prensa de regreso al clítoris, produciéndome un dolor terrible que a como pude ahogué el grito en mis labios.

-Listo.

-Gracias Andre, ahora vete antes de que llegue mi novio, y ni una palabra de esto.

-De acuerdo Jess. Salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí, dejando en mi mente el pensamiento de si mi novio se iría a dar cuenta que ella estuvo en la habitación. Duda que se resolvió casi de inmediato, pues no pasaron más de unos minutos cuando la puerta se abrió de nuevo, esta vez sí era mi novio, quien no más entrar preguntó:

-Que hacia Andrea aquí?

-Vino a ver como estaba yo con mi jaqueca!

-Y que le has dicho?

-Pues que había perdido una apuesta con tigo y estaba cumpliendo mi castigo.

-Hummm, te lo ha creído?

-Creo que sí.

-Hummm, bien, eres buena chica. Eso merece un reconocimiento. Se acercó a mí y continúo. Veo que la prensa sigue en su lugar, aunque no en la posición que la dejé yo, y tu solita no pudiste cambiarla.

-No amor, discúlpame, es que cuando entró Andrea en la habitación me asusté y me moví causando la caída de la prensa. Pero le pedí a Andrea que la colocara nuevamente en su lugar.

-Hummm, ya veo, está bien, mejor de lo que pensé que harías. Dicho esto tomó la prensa y de un tirón lo arranco de mi clítoris, provocando un nuevo chillido en mí. En seguida, sin ninguna contemplación, y sin que yo me diera cuenta, metió su pene en mi culo, hasta el fondo, provocando un orgasmo inmediato en mí, enorme, mi novio empezó a follar mi culo sin contemplación, y mi orgasmo seguía y seguía, increíblemente. El simplemente seguía taladrando mi culo, sacaba todo su rabo y lo volvía a meter hasta el fondo, luego, cambió de estrategia, y lo sacaba de mi ano y lo introducía en mi vagina, cosa que normalmente no solemos hacer, pero en ese momento se sentía como estar en la gloria, sin importarme las implicaciones que eso tenía, situación que volvió a producir otro orgasmo en mí, aunque no estaba segura si el anterior ya había terminado o era en realidad una continuación del primero. Mi novio seguía destrozándome por atrás, me daba verga con una fuerza extrema, al punto que oí crujir la silla y luego sentí como esta se destrozaba bajo mi cuerpo, en ese momento, sin sacarme la verga del culo, que era donde la tenía mi novio, me levanto en el aire y me llevo para la cama, los pedazos de la silla, las patas y el respaldar estaban destrozados, y se iban cayendo con forme mi novio me llevaba hacia la cama, donde me coloco a cuatro patas, terminó de quitar los restos de la silla y volvió a la faena de destrozarme el culo a placer. Yo pegaba gritos como loca, estaba segura que Andrea podía escuchar sin mayor dificultad mis gritos, y claro, todo aquel que quisiera escuchar. Finalmente sentí como mi novio estaba a punto de correrse, momento en el cual sacó su verga de mi culo y se apresuró a llegar hasta mi cara, donde nuevamente me hizo tragar su picha, esta vez con el sabor de mi culo, la excitación era tremenda, cosa que me hizo sentir el sabor de mi trasero como un manjar, más aun cuando empecé a sentir como la corrida de mi novio inundaba mi garganta. Saboree ese manjar como si del alimento más nutritivo se tratara, aun cuando no soy como he dicho antes, aficionada a eso. Estaba destrozada físicamente, el desgaste del día había sido tremendo, y pronto me quedé dormida.
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