El Pequeñín

En el colegio nadie entiende que es lo que sucede, todos están sorprendidos al ver a Susana aparecer tan amiga de Sebastian. Es como si de pronto 2+2 sumaran 7, simplemente es algo raro e inexplicable, los hermanos de Sebastian, que siempre le han tenido unas ganas a la morena, se mueren de envidia cuando los ven juntos.

A Sebastian todos le preguntan como lo hizo, pero se hace el tonto a la hora de responder, ciertamente no esta dispuesto a decirle a nadie acerca de sus nuevas habilidades y de lo “cercano” que es con Susana en realidad. En el caso de la morena sus amigas están prácticamente escandalizadas, no pueden entender que una chica de su porte, belleza y reputación de pronto aparezca con tan poca cosa al lado, peor aun considerando, según ellas, el problema que sufre Sebastian. La que lleva la voz cantante en estas críticas es Jessica, prima de Susana.

“Aquí realmente caíste bajo” le reclama Jessica que se arregla su uniforme al sentarse en una silla de la cafetería. Susana recién venia llegando acompañada de Sebastian que ahora esta con sus compañeros de curso, “miren quien lo dice” replica Susana con desdén, ambas tiene un largo historial juntas y se conocen a la perfección. “Al menos yo nunca me he juntado con un pendejo así” contesta, “no por que te has buscado tipos aun más pendejos” responde Susana con algo de dureza.

Jessica no es la única, varias de las amigas de Susana le reclaman lo mismo, pero a la morena parece no importarle y de hecho ni siquiera se inmuta, se ríe de los comentarios de sus amigas y apenas las toma en cuenta. “Siempre has sido una chica lista Susana, cuenta la verdad que hay en todo esto” le insiste Julia. Finalmente Susana decide relatar lo sucedido como una forma de terminar con los rumores.

Sebastian esta comiendo en la mesa de enfrente cuando de pronto se percata que todas las amigas de Susana lo observan mientras la morena habla. Un escalofrío lo recorre por dentro, siente sus miradas y las expresiones en sus rostros cambian a medida que Susana les cuenta todo, el accidente del bus, lo que sucedió en el parque y lo que ha sucedido después pero él realmente se alarma cuando ve que Susana hace un gesto con sus manos indicando de forma inequívoca largo y grosor, lo cual fue seguido por una serie de expresiones de asombro e incredulidad por parte de las amigas de la morena.

“¡No puede ser cierto, debes estar bromeando!” dice Jessica, “si ustedes me creen o no, me importa un bledo, yo les cuento lo que sucedió y nada más, ahora si quieren compruébenlo ustedes mismas” replica Susana que recoge sus cosas y se va a. Sebastián se pone de pie y sale corriendo tras ella para saber que sucedió.

“¿Qué conversabas tanto con tus amigas?” le pregunta ansioso, “nada importante, me preguntaban por que ahora me juntaba tanto contigo y me fastidiaban a cada rato por ello”, “¿pero que les dijiste?” insiste Sebastian, “solo la verdad, ya es hora que te dejen en paz así que les dije todo lo que sucedió”, la cara de espanto de Sebastian al escuchar esto es evidente, “¡vamos no te preocupes, es para mejor, además podrías disfrutarlo!” le dice Susana con una coqueta sonrisa, luego sigue su camino.

Algo intranquilo por lo sucedido Sebastian regresa a la cafetería, al darse media vuelta se topa cara a cara con las amigas de Susana las cuales lo miran fijamente y lo saludan para luego seguir su camino murmurando. Sebastian esta sorprendido, normalmente ni siquiera lo miran, con suerte lo insultan. “Tengo un mal presentimiento” se dice a si mismo.

Al día siguiente Sebastian esta en el recreo estudiando, tiene una prueba de matemáticas y no quiere que le vaya mal. De memoria repasa una y otra vez los ejercicios aprendidos en la clase y trata de concentrarse lo más que puede. “¿Puedo sentarme?” le dice una voz femenina que rompe su concentración, Sebastian levanta lentamente la mirada y lo primero que ve son una hermosas piernas y una falda de colegio bastante corta, sigue subiendo la vista y aprecia una blusa blanca desarreglada con algunos botones abiertos luciendo un escote muy llamativo, labios carnosos pintados de un furioso color rojo y finalmente un rostro redondeado lleno de pecas, unos bellos ojos verdes y una frondosa cabellera llena de rulos, es Jessica, la prima de Susana.

Cuando Jessica llego al colegio hace un año le dio otro significado a lo que se entiende por una chica osada. Es directa, con una gran personalidad y sin pelos en la lengua, no se queda ante nada ni nadie y ni siquiera se inmuta cuando asegura que ha probado de todo en el sexo. Es casi tan alta como su prima pero algo menos voluptuosa, en todo caso es una belleza y Jessica no duda en usar sus encantos con los chicos con tal de conseguir lo que quiere, eso le ha valido la enemistad de varias pero poco le importa lo que piensen los demás.

Aun algo descolocado al verla Sebastian duda antes de responder, “claro, no hay problema”. Jessica se sienta a su lado y sube sus piernas a la banca, como su falda es bastante corta le enseña todo sin tapujos, algo que lo pone muy nervioso pues Sebastian sabe bien cual es la reputación de Jessica. Ella se entretiene escuchando música y tararea su canciones favoritas como si nada, Sebastian trata desesperadamente de concentrase en lo suyo, pero la espectacular vista que Jessica le da se lo impide pese a su esfuerzo.

“Así que eres el nuevo amigo de Susana, nos ha contado cosas bastante interesantes de ti”, “ella es my buena persona” es lo único que atina a responder Sebastian que trata de no mirarla. “Con la morena somos muy unidas lo sabias, siempre andamos juntas y a Susana la conozco muy bien” agrega Jessica en una voz cargada de malicia, “pues me alegro” replica Sebastian, “yo se bien lo que le gusta, y como le gusta, cuando estamos solas lo pasamos tan bien, en la ducha, en la cama y en una ocasión en la playa con varios amigos” agrega como si fuese algo sin importancia. De inmediato en la mente de Sebastian todo lo memorizado desparece y ahora sugerentes imágenes llenan su cabeza, el solo imaginarse a lo que Jessica se refiere lo deja hirviendo con el consabido problema que ello implica.

“Si me disculpas debo irme”, raudo se para y pone su cuaderno delante, pero Jessica es mas rápida y lo toma de la mano y lo jala de vuelta a la banca, antes que Sebastián pueda hacer algo Jessica se le sienta encima haciendo que su miembro se ponga duro como fierro, algo que sorprende gratamente a Jessica, “vaya, veo que Susana no hablaba por hablar, el recreo es largo por que no vamos a un baño y me muestras lo que puedes hacer con esto”, al tiempo que ella le habla con su mano aprieta el miembro de Sebastián comprobando de mejor manera su tamaño, “¡notable!” exclama.

Sin saber bien que hacer Sebastian se queda ahí como estupido hasta que finalmente reacciona, “lo siento debo irme” le dice y aparta a Jessica con tan mala suerte que pasa a golpear a Elena, la inspectora, una mujer realmente aborrecible que no pierde el tiempo en darle un severo sermón a Sebastian y más encima le ordena que se presente a su oficina después de clases, “¡y usted señorita arréglese su ropa, este no es lugar para este tipo de cosas!” le ordena a Jessica la cual no la toma en cuenta y se pone sus audífonos, resignado a su suerte Sebastian se va antes que la inspectora se ponga peor aun. “¡Eres una perra, te dije que no le hicieras eso!” reclama Susana que vio todo, “lo sé, pero me pareció tan divertido” responde Jessica con una sonrisa.

A la salida del colegio Sebastian pasa a la oficina de Elena donde la espera por unos instantes. Como inspectora ella no duda en hacerse odiar por sus alumnos y esta no es la excepción. “¿Y esa cara hombre, acaso te van a fusilar?”, esa voz se le hace conocida a Sebastian de inmediato, “¿acaso vienes a hacer que me castiguen de nuevo?” le responde con algo de sequedad, “no para nada, solo vengo a recibir mi propio castigo de parte del director por escaparme de clases el otro día” responde mientras se pinta sus labios y se encarga de acrecentar el escote de blusa, Jessica se le acerca como si fuera a besarlo y apoya sus pechos sobre Sebastian. “¡Compórtese señorita!” exclama Elena que viene llegando, Jessica se hace la sorda y entra a la oficina del director y Sebastian a la de Elena que le vuelve a dar un sermón acerca de lo importante que es mantener la cordura y la moral en el colegio, además le ordena que limpie un armario en castigo por haberla pisado, a pesar que Sebastián le dice que fue un lamentable accidente ella no atiende excusas.

Al cabo de unos minutos termina y Elena lo deja ir, al pasar frente a la oficina del director escucha un fuerte suspiro y unos ruidos raros, con bastante curiosidad se acerca a la puerta y pega la oreja a la misma, “¡pero que vigor, más fuerte, más fuerte!” dice Jessica en medio de sus gemidos. Sebastián se aleja de inmediato, ya no da más con la calentura que le dejo.

“¿Así que conociste a mi prima?” le dice Susana a Sebastián mientras salen del colegio al día siguiente, “pues es bastante, cariñosa, por decirlo de alguna manera” responde. “No le hagas caso, siempre es así, le gusta jugar con los hombres”, “ya me di cuenta, y vaya que es persuasiva cuando quiere serlo”. Tras caminar por el patio hacia la salida Susana toma a Sebastián de la mano, “¡ven conmigo!” le dice y lo lleva hasta un baño que normalmente esta desocupado, lo jala dentro y antes que Sebastián pueda decir algo Susana le da un tremendo beso. “Estas muy nervioso, déjame darte un relajador masaje” le dice la morena.

Susana se apoya sobre él haciendo sentir el tamaño de sus pechos, lo besa sin cesar y le toma las manos para que recorra su cuerpo, pronto su miembro alcanza su máximo tamaño, “ahora cierra los ojos y deja todo en mi boca”. Sin dudarlo Sebastián lo hace y pronto siente los carnosos labios de Susana cubriendo su verga.

Como nunca le hace una buena mamada, se muestra más intensa de lo habitual, se lo pasa en la cara y después lo envuelve con sus labios y se lo lame como si se tratara de un cono de helado. Juguetea con su roja cabeza a cada momento y lo saborea con intensidad. Sebastián siente que se va a correr pese a sus esfuerzos y finalmente lo hace, “¡esto fue espectacular!”, Sebastián abre los ojos de par en par y en lugar de Susana ve a Jessica la cual se limpia el rostro del semen. “Ahora veo que Susana no hablaba por hablar”, Sebastián no atina a nada y solo mira para todos lados, “mi prima no esta, le propuse que se quedara e hiciéramos un trío pero dijo que debía probarte a solas primero, me hizo el favor de traerte aquí” agrega.

Jessica se abre su blusa y se aparta su sostén exhibiendo sus pechos, son algo más pequeños que los de Susana pero igual de firmes, luego se inclina sobre la pared y se sube su falda exhibiendo su coño, “mira lo mojada que estoy, por que no vienes aquí y me demuestras que más puedes hacer con esa maravilla que tienes entre tus piernas”. Sebastián ya no da más y en privado admite que Jessica también lo vuelve loco, así que decide ponerse a trabajar de una buen vez.

Jessica sintió como la lengua de Sebastián se hunde en su sexo y se mueve con vigor en el, “¡oye, yo esperaba tu miembro!”, “¡me dejas a mi ahora o no!” replica Sebastián que le demuestra que también sabe usar su boca. Pronto Jessica comenzó a gemir, Sebastián se lo hace muy bien y devora ansiosamente su sexo usando con habilidad su lengua y sus dedos. Jessica agita sus caderas y no para de gemir y suspirar, esta impresionada y muy excitada por la forma en que se lo hace, siente que su coño se derrite con cada lamida que le dan.

“Ahora lo que tanto querías” le susurra Sebastián al oído al tiempo que entierra su miembro en el coño de Jessica, “¡es increíble, es enorme!” exclama la ardiente pecosa. Sebastián la sujeta con fuerza de sus anchas caderas y comienza a darle con todo como a Jessica le gusta. Sebastián la empala en su verga sin darle aliento, Jessica se muestra increíblemente ardiente y goza como una loca cada acometida, “¡vamos más duro, párteme en dos!” le dice a cada momento mientras delira con el miembro de Sebastián recorriendo su sexo de manera tan ruda. Ambos se besan y cruzan sus lenguas con cada beso y Jessica se carga sobre él para recibir cada milímetro de su miembro, ella lo quiere todo.

“Espera, deja acomodarme un poco”, Jessica se pone en el piso separando sus piernas y exhibiendo su coño, “ven aquí”. Sebastián se ubica entre sus tersos muslos y su miembro pronto se abre paso en su sexo. Jessica lo envuelve con sus piernas y lo aprisiona contra su cuerpo, “¡así es, bien duro y fuerte!” le dice ella que se retuerce ante cada acometida. Sebastián presiona sobre Jessica que se mueve como una loba en celo gozando y disfrutando, él pudo comprobar que las historias acerca de lo fogosa que es Jessica en el sexo son verdad.

“¡Te quiero cabalgar encima, te quiero dejar seca tu verga!”. Jessica se le monta encima y le restriega sus pechos en la cara, Sebastián se los chupa y los lame mientras ella se deja con fuerza sobre su miembro, “¡esto es fantástico, grande, dura y como me recorre por dentro es increíble!” exclama Jessica entre sus gemidos, Sebastián se percata de lo apasionada que es en comparación con Susana. Jessica dejo salir toda su lujuria montándoselo furiosamente con Sebastián que se dio el gusto de su vida. Mientras ella sube y baja por su verga él le hunde un dedo en el culo haciéndola sobresaltarse, pero a Jessica le encanta.

Abrazándola con fuerza Sebastián la sujeta en el momento en que comienza a acabar, Jessica lo siente y se impresiona por lo abundante de su descarga. La pecosa usa hábilmente su boca para saborear el espeso semen de Sebastián, “¡vaya, esto fue increíble, ahora veo por que Susana te defiende tanto!” le dice Jessica mientras suspira recuperando el aliento, “y tu eres bueno, única”, Jessica se ríe al escucharlo. Rápidamente se pone de pie y se arregla su ropa, “pues te aseguro que esta no será la ultima vez, ahora debo ir a reportarme”, antes que Sebastián le diga algo Jessica le da un apasionado beso y se va raudamente, “¡mujeres!” exclama él.

Afuera del colegio en una esquina esta Susana con el resto de su grupo de amigas que ansiosamente esperan a Jessica, “¿y bien?” pregunta Julia ansiosa, “pues, que quieren que les diga, en la escala de uno al diez, un diez es poco” responde. Las amigas de Susana no lo pueden creer, Jessica es muy exigente con los hombres y es la primera vez que la escuchan hablar de uno, “pues parece que tenemos algo interesante entre manos” agrega Natalia sonriendo.

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